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El «blah blah» de Hacienda y la creciente especulación de una intervención del BC parecen haber enfriado el peso


No hay como aburrirse con la historia del peso chileno en las últimas semanas. Es la moneda emergente que más sube frente al dólar este año gracias a una economía que crece en torno al 6 %, con un desempleo a bajos históricos y con una tasa de interés al 5 %, lo que la hace tremendamente atractiva para inversionistas extranjeros. Chile además tiene la nota crediticia más alta de la región.

Pero la fortaleza del peso está golpeando a los exportadores no mineros y la presión es fuerte para que el Banco Central intervenga. El gobierno ha tomado cartas en el asunto y, sin anunciar medidas concretas, promete hacer algo para enfríar el peso.

Y parece que está teniendo efecto. Ayer la moneda chilena cayó por tercer día y tocó su mínimo del año.

Bloomberg reporta que la creciente especulación de que el Banco Central chileno comprará dólares para detener la apreciación del peso impulsa los costos crediticios en la moneda estadounidense al nivel más alto en seis meses.

El consenso es que el banco no intervendrá mientras el peso siga transando por debajo de 470 versus el dólar.

Bloomberg dice que BNP Paribas sugirió a sus clientes que apuesten a que el peso se debilitará y tocará 495 por dólar ante la amenaza de una intervención. Jefferies Group advirtió a sus clientes que el peso es vulnerable a una intervención del Central.

El medio dice que la especulación de que el banco central chileno intervendrá hizo que la permuta básica a un año, una medición del costo relativo de tomar crédito en dólares a un año en Chile, subiera a 37 puntos básicos, o 0,37 puntos porcentuales, mientras que el 22 de octubre se encontraba en el punto más bajo en tres años.

La nota señala que los operadores exigen más por prestar dólares luego de que el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, dijera el 8 de enero que a Chile le preocupa que sus exportaciones pierdan competitividad después de un aumento de 35 por ciento desde fines de 2008.

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, afirmó que revelará los detalles de sus conversaciones con el Banco Central la semana pasada acerca de los niveles del peso. Larraín justifica que el banco sea una entidad independiente y que deba tomar sus propias decisiones sobre intervenir.

La última vez que Chile anunció un programa de compra de dólares, en 2011, la misma tasa de permuta subió más de 1 punto porcentual. Los rendimientos del bono a 10 años aumentaron ayer al nivel más alto en ocho meses, 5,72 por ciento, por temor a que el banco central venda pagarés para absorber los pesos que inyecta en el sistema financiero.

“Si el banco central lanza un paquete de US$ 20.000 millones, podría afectar la liquidez a corto plazo”, dijo Alejandro Araya, un operador cambiario de Banco Santander, en una entrevista con Bloomberg. “Sucedió la última vez y pasa ahora como anticipación a lo que pueda suceder”.

Aumento de rendimientos

Los rendimientos de los bonos chilenos de tasa fija a 10 años han trepado este año 23 puntos básicos, indican datos que reunió Bloomberg. Los correspondientes a los pagarés de similar vencimiento vinculados a la inflación han crecido 18 puntos básicos, a 2,7 por ciento, y alcanzaron el 7 de enero el punto más alto en un año, 2,72 por ciento.

En sus últimas dos intervenciones, Chile vendió US$10.000 millones de bonos. Los rendimientos de los bonos de tasa fija a 10 años treparon 23 puntos básicos el día después de que el banco central anunciara su intervención de US$12.000 millones el 3 de enero de 2011.

La tasa de interés promedio que se pagan mutuamente los bancos chilenos por tomar crédito en dólares a 30 días llegó el 8 de enero a 1,01 por ciento, el nivel más alto desde julio.

“A estos niveles podríamos estar muy cerca de una intervención, y el mercado ha tomado posiciones seguras” en la permuta básica, dijo Mauricio Olivares, un operador de la filial de Bank of Nova Scotia en Santiago. “Aumentó mucho la última vez que intervinieron”.

Los operadores de opciones apuestan a que es dos veces más probable que el peso se debilite un cinco por ciento en el primer trimestre y no que aumente ese mismo porcentaje, según datos que recopiló Bloomberg.

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