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El cuento del lobo amenaza con ser cierto: Gemines dispara contra excesivo gasto del Gobierno


“No todo es lo que parece” se llama el texto elaborado por la consultora Gemines que analiza la coyuntura económica y política del país, y que acaba de ser publicado.

En un detallado abordaje sobre el momento económico del país, Gemines ataca de frente la situación de Chile en sus niveles de consumo y gasto por parte del Gobierno.

Refrendado las críticas de economistas como Jorge Selaive (BCI), Alejandro Alarcón (Universidad de Chile) y Alfredo Coutiño (Moody’s), Gemines —ligada a economistas como Alejandro Fernández y Tomás Izquierdo— advierte que se está incubando un profundo deterioro en la situación macroeconómica de mediano plazo para Chile, lo cual se debe al nivel de gasto del gobierno.

La situación fue implícitamente reconocida por Hacienda, cartera que hace pocos días reconoció que subejecutaron presupuesto a fines de 2012, algo que no fue hecho visible por los medios locales, pero que revela la inquietud sobre lo que ocurrirá con el crecimiento económico y la inflación en los próximos años.

En la misma dirección, el economista de la Universidad de Chile dijo el sábado a TVN, en tono de ironía, que cuando los exportadores reclaman por la falta de intervención del Banco Central en el tipo de cambio, él les dice que “pasen de largo y vayan a Hacienda”.

Selaive, por su parte, ha señalado que tanto Hacienda como el BC podrían ser los responsables de eventuales desequilibrios en la economía local, como pudiera estar ocurriendo en el mercado inmobiliario y el consumo interno.

El propio BC ha advertido que se debe controlar el gasto para contener el déficit en cuenta corriente que, en lo sustancial, revela que el país está gastando más de los ingresos que genera, lo que obliga a endeudarse para cubrir el exceso.

El jueves pasado el Central dio un paso más y reconoció que el crecimiento del país y de la demanda interna estuvo por sobre lo esperado en diciembre pasado, respecto de sus propias proyecciones, contradiciendo incluso a su equipo de estudios, que en los antecedentes de la reunión del Consejo describió que ambas cifras estuvieron “en línea”.

GEMINES
El análisis de Gemines reconoce que las cifras macro han corrido a favor de este gobierno. La inflación controlada, el crecimiento económico ejemplar y la inversión y la demanda a paso de gigante. Los problemas no los alcanzará a sufrir este gobierno. El siguiente recibirá la pesada posta.

Gemines indica que la economía mundial, como escenario, mejoró. El mundo debiera crecer 3,5 % en 2013, mejor que el 2012, con mayor aporte de las principales economías emergentes (Brics), lideradas por China. Se agrega un menor riesgo de agravamiento en la crisis fiscal-financiera europea, y una muy probable resolución parcial y temporal, “pero, por ahora, suficiente”, de los problemas fiscales en Estados Unidos.

Por eso han repuntando las bolsas de países desarrollados y ha habido una corrección al alza en el nivel de las tasas de interés de los bonos del tesoro de las economías más seguras, mientras que las tasas de apalancamiento soberano para las emblemáticas economías periféricas grandes de Europa, como Italia y España, van cayendo a niveles cercanos a los previos a la crisis.

Sin embargo, para Gemines, esto no asegura que todo lo que brille sea oro en Chile. “El sostenido crecimiento que hemos conseguido los últimos años, a partir de una fuerte expansión de la Demanda Interna, ha incubado algunos desequilibrios que, lamentablemente, nos van a pasar la cuenta. Chile pudo crecer de esta forma gracias al ‘regalo’ del alza del precio del cobre, lo que significó generar, a partir del año 2004, una importante holgura en nuestras Cuentas Externas”, argumenta el informe elaborado en este punto por Tomás Izquierdo.

El economista explica que este shock positivo de términos de intercambio significó un incremento no menor adicional en el ingreso de la economía, que fue gastado a lo largo de estos años, pasando de un superávit en la Cuenta Corriente de 4,8 % del PIB el 2006, a un déficit estimado para 2012 en torno al 5,0 %.

La figura cuadra cuando la holgura de las cuentas externas referida permitió una trayectoria a la baja en el tipo de cambio, lo que —unido a los precios internacionales contenidos, en un escenario de exceso de capacidad de oferta de Bienes a nivel global— contribuyó a mantener extraordinariamente baja la inflación de los bienes importados de la canasta del IPC.

“El problema es que este favorable aporte de los bienes importados en la contención de los precios internos no se mantendrá indefinidamente, toda vez que el cierre de las holguras externas en algún momento provocará una corrección al alza en el valor del dólar”, dice, reconociendo que esto no será crítico en los próximos meses, pues continuarán las presiones a la apreciación del peso en un contexto de alto diferencial de tasas de interés con el resto del mundo (altas tasas en Chiles , bajas en el mundo).

Para Izquierdo, el panorama inflacionario comienza a ser preocupante en una perspectiva de mediano plazo. Recuerda que la inflación de los bienes no transables mantiene sistemáticamente una variación por sobre el techo del rango meta de la autoridad monetaria (2 % a 4 %), lo que, a su juicio, es evidencia de la dificultad que está teniendo la capacidad de oferta interna de bienes y servicios para responder al sostenido crecimiento de la demanda en un escenario de cierre en las brechas de capacidad, particularmente en el mercado laboral. A esto se suma que la demanda interna seguirá creciendo, sin duda alguna, por el buen momento de consumo (buenas cifras de empleo, remuneraciones, expectativas de las familias) e inversión (minera, energía e inmobiliaria).

Las nubes, entonces, aparecen en lo ya advertido por una parte de los economistas: por el lado de las cuentas externas, la alta proyección de Déficit en Cuenta Corriente para este año ya es preocupante. Izquierdo advierte que el saldo de Balanza Comercial ha tenido déficit en 4 de los últimos seis meses conocidos, y que la mantención de un alto dinamismo en la demanda interna en los próximos meses mantendrá, a su vez, un importante crecimiento en las importaciones.

Y por el lado de las exportaciones, aunque suba la producción minera, “con precios que no deberían mejorar respecto del actual nivel, es difícil que logren un crecimiento de valor suficiente para compensar las mayores importaciones”.

Así las cosas, la inflación no traerá dolores de cabeza enormes incluso en todo 2013. Para Gemines, la inflación debiera estar en torno a 3 % este año.

Con todo, en el 2014, cuando Piñera deje la Presidencia, “la situación podría complicarse, toda vez que los precios de los bienes importados no contribuirán con bajas adicionales, y principalmente porque el tipo de cambio debería registrar un ajuste al alza”. En ese contexto, dicen la inflación transable de nuestra canasta del IPC se iría a niveles “más normales”, de 3,0 % anual, lo que junto con la mantención de un alto nivel en la inflación de los no transables, sobre 4 %, llevaría el IPC total a la parte alta del rango meta.

“Todo lo anterior hace necesario que nuestras autoridades económicas comiencen a prever medidas tendientes a suavizar el crecimiento de la demanda interna, como una forma de contener un deterioro adicional en nuestras cuentas externas además de las presiones inflacionarias. Entre antes se actúe, mejor. Dejar pasar el tiempo significa acumular un desequilibrio mayor, forzando en ese caso a un ajuste más severo con consecuencias más dolorosas. Las medidas de ajuste tienen que ser coordinadas y compartidas por las distintas autoridades económicas. No se le puede pedir al Banco Central que resuelva solo el tema, simplemente porque no cuenta con todos los instrumentos necesarios”, afirma Gemines.

En su opinión, medidas macro, prudenciales, tendientes a atenuar el crecimiento del crédito en algunos sectores críticos, junto con una política fiscal más colaboradora, “vendrían muy bien en el actual cuadro macroeconómico, de manera de poder postergar el uso de la tasa de interés como herramienta para contener el crecimiento del gasto”.

Sin embargo, advierte, es altamente probable que hacia la segunda mitad de este año se comience a especular sobre la necesidad de subir el costo del crédito de manera de contribuir a contener el crecimiento del gasto privado. “Mientras más colaborador sea el gasto público, menor será el esfuerzo necesario por parte de la demanda privada”, complementa.

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