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Mercado no cree promesa de Cristina Fernández de que no habrá devaluación


Aunque la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dice que una devaluación oficial del peso está descartada, los tenedores de bonos argentinos soportan pérdidas más grandes, en tanto la moneda local cae a un ritmo más veloz que la inflación más alta del hemisferio occidental después de Venezuela.

El rendimiento de los bonos argentinos de referencia denominados en pesos con vencimiento en 2018 aumentó 2,97 puntos porcentuales, a 11,83 por ciento, mientras que los de la deuda local de mercados emergentes treparon un promedio de 0,58 puntos porcentuales, a 3,58 por ciento, luego de que el 6 de mayo Fernández dijera que los especuladores que apuestan a una devaluación deberían “esperar que llegue otro gobierno”. El mes pasado, el peso perdió 1,84 por ciento frente al dólar, más que nunca desde marzo de 2009 y más que la inflación estimada de abril de 1,5 por ciento.

Argentina está dejando que la baja del peso se acelere mientras la inflación hace que las exportaciones sean menos competitivas y el gobierno trata de combatir a los especuladores exigiendo un 60 por ciento más en moneda local por cada dólar del mercado de divisas ilegal, según Alberto Bernal, responsable de investigación de renta fija de Bulltick Capital Markets. Desde que Argentina abandonó la paridad con el dólar en 2002, el banco central controla la depreciación comprando y vendiendo dólares en el mercado de divisas.

“Es una forma encubierta de devaluación”, dijo Bernal telefónicamente desde Miami. “En lugar de hacerlo de una vez, lo hacen poco a poco todos los días. Aunque es necesario para la economía, también reduce el retorno en dólares de los activos denominados en pesos”.

Ritmo cada vez más acelerado

El aumento del mes pasado de 10 centavos en el precio del dólar, a 5,2885 pesos, se compara con un aumento mensual promedio de 7 centavos en los cuatro meses anteriores del año y 5 centavos el año pasado.

Esta tasa equivale a un 24 por ciento anual, porcentaje similar a una inflación que los economistas consultados por los legisladores opositores calculan en 23,7 por ciento interanual en abril.

El índice oficial de precios al consumidor mostraba que la inflación era de menos de la mitad de ese ritmo, o 10,5 por ciento, en el mismo período. Estos datos son cuestionados por los economistas desde 2007, cuando el gobierno cambió al personal directivo del Instituto Nacional de Estadísticas y llevó al Fondo Monetario Internacional a censurar al país a comienzos de este año.

El ritmo de la depreciación del peso probablemente se acelere hacia fin de año, según Alberto Ramos, economista jefe latinoamericano de Goldman Sachs Group Inc.

“Ellos reconocen el hecho de que tienen que permitir que la moneda se deprecie más rápido mientras la inflación siga cerca del 25 por ciento”, señaló Ramos en una entrevista telefónica desde Nueva York. “Depreciar el peso a 1,3 por ciento, 1,2 por ciento por mes no es suficiente. Está matando la economía”.

El mes pasado, Fernández criticó que los economistas y los políticos estaban alimentando las versiones de que ella devaluaría el peso porque intentan minar la popularidad de su gobierno antes de las elecciones legislativas de octubre.

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