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Opinión: Pesimismo acerca del mercado inmobiliario no refleja la realidad del sector


Ariel Rappaport, gerente general Ralei Grupo Inmobiliario

En los últimos días, la prensa nacional ha hecho eco de la preocupación por una desaceleración económica, la que perjudicaría a las constructoras, especialmente las de menor tamaño.

Desde el punto de vista inmobiliario, las noticias son alarmistas y no reflejan la realidad del sector. Básicamente, lo que ocurre es que se registran señales de normalización del crecimiento a tasas estables y no aceleradas, lo que resulta sano para nuestro sector. Un ejemplo de ello es que las ventas no han sido afectadas. Hoy, muchos proyectos inmobiliarios se encuentran vendidos 100% en verde y parte de la desaceleración de las ventas se debe al bajo Stock disponible. Según datos otorgados por varios bancos, las tasas de desistimiento son bajísimas y no hay nuevas restricciones al crédito más allá de las observadas a fines del año pasado.

Estos cambios observados en la política de otorgación de créditos inmobiliarios por parte de los bancos no son una novedad, como algunos medios lo han hecho parecer. La mayor restricción a los compradores la observamos, por lo menos, desde hace seis meses. Sin embargo, hay que destacar que dicha actitud de la banca fue una respuesta oportuna y responsable a señales del Banco Central, lo cual el público debe considerar como positivo. Si bien el requisito de pie subió, en promedio, del 5 % al 10 % y el monto del financiamiento bajó de 90 % – 95 % a 80 % – 85 %, estas cifras pueden seguir considerándose como razonables. Esta alza del pie también ha ayudado a mantener aún más baja la tasa de desistimiento al momento de la escrituración.

Podemos decir con categoría que la situación actual del sector inmobiliario es auspiciosa. Si bien la fuertísima demanda de los últimos tiempos generó dos graves problemas: falta de inventario para entrega inmediata y escasez de mano de obra calificada. Actualmente, el stock de viviendas para entrega inmediata es casi inexistente, por lo que una fluctuación de la demanda sería positivo al permitir recuperar estos niveles de inventario. Por otra parte, la escasez de mano de obra calificada, debida al “boom” especialmente de proyectos mineros en el norte, se está solucionando con una consecuente estabilización de dichos costos. Por lo tanto, el llamado es a la cautela, no al pánico, ya que estamos en un mercado sano.

Finalmente, la gran razón para mantener el optimismo para el sector es que el público conserva su confianza gracias al buen nivel de empleo. Esto, está demostrado en la fuerte demanda por viviendas durante el primer semestre de 2013, que sigue registrando niveles extraordinarios.

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