El gobierno argentino de Cristina Kirchner salió a presionar a Cencosud y Falabella para que se acoplen al nuevo acuerdo voluntario de precios que lanzó para la industria de la construcción.
De acuerdo al diario La Nación de Buenos Aires, la medida apunta a hacerle frente a la "dispersión" de precios que se encontró en el sector, donde algunos de los productos tienen diferencias de más del 130%, según el punto de venta.
El titular de la Anses (AFP estatales), Diego Bossio, dijo que van a hacer un acuerdo de precios, "primero con 16 productos y luego con 32 productos que son los que más se usan en la construcción", defendiendo un plan de vivienda.
"Hemos advertido algunas especulaciones y desmesuras que ponen en riesgo los sueños de muchas familias", señaló luego de informar que el Gobierno realizó estudios comparativos de precios en distintos puntos del país.
Según La Nación, Bossio apuntó a las dos cadenas chilenas por no aceptar adherirse al acuerdo estipulado por el Gobierno. "Easy y Sodimac no han colaborado", indicó.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, defendió el acuerdo voluntario de precios y también criticó a las grandes cadenas. "Queremos garantizar que las empresas monopólicas no ofrezcan los precios al valor que se les ocurra", lo cita el diario argentino.
Los fuertes aumentos de precios tras la devaluación del dólar gatillaron que el gobierno arreglara una serie de acuerdos para limitar que la inflación se dispare.
La Nación señala que, en el sector de los electrodomésticos, el Gobierno fijó un tope del 7,5%, tomando como referencia los precios al público del 1 de enero.
Un observador local dice que es la primera vez que ve a los dos retailers chilenos desafiar abiertamente al gobierno argentino. A Horst Paulmann, el controlador de Cencosud, se le ha criticado en el pasado por ser durísimo con los gobiernos chilenos si le amenazan el negocio, pero un cordero cuando lo aprietan en Argentina.
