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Opinión: ¿Mejorará las pensiones la AFP Estatal?


Fue presentado el proyecto de ley que establece la creación de la tan anunciada AFP Estatal. La Presidenta Bachelet fue enfática en indicar que, si bien no resuelve el problema de fondo, permitirá incrementar la cobertura, así como también educar a la ciudadanía respecto a los temas previsionales.

Con todo, una interrogante surge de inmediato y esta es: ¿en qué sentido es positiva la llegada de una AFP Estatal? Considerando que en nuestro país existen casi 10 millones de trabajadores afiliados a las AFP y, de estos, 5 millones no reciben ingresos mensuales; el actual sistema de las  AFP no permite que estos se integren y sean asesorados, integrados y educados en cómo mejorar su situación previsional, ya que estas personas, al no percibir  ingresos, no pueden pagar las comisiones mensuales que el sistema establece en beneficio de las  AFP, motivo por el cual estos chilenos quedan fuera del sistema y tal vez entregados a su propia suerte. Estos compatriotas, que generalmente corresponden a segmentos de bajos ingresos, los que a veces ni siquiera saben en cuál AFP están, podrían hallar una luz de esperanza en la llegada de la AFP Estatal.

Que nazca una AFP Estatal puede ser una excelente noticia desde la perspectiva del servicio, especialmente con el foco de una cobertura mayor. Existen decenas de pueblos de más de 25.000 habitantes que no tienen ninguna sucursal de AFP en su zona, ningún espacio físico en donde canalizar sus consultas y reclamos. Por ejemplo, Cobquecura, que tiene una sucursal de Banco Estado, tiene para la entidad una rentabilidad comprensible desde tal perspectiva, toda vez que su presencia genera externalidades positivas, como el apoyo a Pymes agrícolas de la zona. No es equívoco pensar que, para un banco con inspiración puramente comercial, brindar esta cobertura no brindaría la rentabilidad comercial clásica que una institución financiera legítimamente puede buscar.

De hecho, si no existiera Banco Estado, habría 5 millones de chilenos sin Cuenta Rut, es decir, no estarían bancarizados. En palabras simples, les sería muy difícil y tal vez imposible tener cuenta corriente alguna en un banco comercial. En ese sentido, la AFP Estatal tiene una enorme responsabilidad con respecto al rol educativo y de cobertura nacional, donde las AFP actuales no llegan ni tienen mayores incentivos para llegar. 

Tomemos en cuenta que, si se educa a las personas, y estas toman conciencia de cómo funciona el sistema, sólo con lograr que se cambien de AFP a la que más les convenga y reinviertan la diferencia conseguida tras el cambio en un APV, podrían incrementar en un 11,5% su futura jubilación. Y esto corre para todos.

Será fundamental que la AFP Estatal facilite a sus inscritos su Clave web y su Clave de seguridad; esta es la principal complicación para que la gente pueda cambiarse de AFP con total libertad.

Sin perjuicio de lo anterior, una visión cuidadana objetiva no puede desconocer que una AFP estatal puede ser causa de algunas posibles complicaciones. ¿Cuáles? Primero, se pueden generar conflictos de intereses políticos con respecto a las inversiones. Futuros gobiernos podrían invertir en materias poco rentables y perjudicar a los usuarios con rentabilidades menores al darles un uso político a sus carteras de inversión y, segundo, ¿cómo se garantizará que la construcción de su gobierno corporativo y su directorio no esté afecta a presiones políticas en su creación y en la ejecución de sus funciones?

Además, hoy el DL 3500 impide a una AFP invertir en empresas relacionadas. Entonces, ¿qué ocurriría con la AFP Estatal? ¿Podrá invertir en bonos del Banco Central?, ¿cómo construiría el fondo E? Estos conflictos son muy importantes de resolver en el DL 3500 antes de que la AFP Estatal comience sus operaciones, para así respetar la libre competencia.

Por otra parte, a partir del 1 de agosto, PlanVital bajará su comisión a 0,47%, la comisión más baja del mundo. Más baja, incluso, que sus costos operacionales de corto plazo, que son de 0,6%. Apuesta a que, después de 2 años, pasará el punto de equilibrio y, dado los 700.000 nuevos clientes, podrá disminuir sus costos a 0,45%.

Por ende, una AFP Estatal no “debería” tener costos menores a 0,47%, en el largo plazo, y si los llegase a tener, ¿no sería esto un subsidio encubierto costo cero que finalmente pagaríamos todos los chilenos?

Un punto clave que debería resolver la AFP Estatal es la caída de las rentabilidades, pero esto no lo resuelve la AFP Estatal per se; requiere ser complementado con 3 propuestas de mejora al sistema:

Devolver el riesgo de pérdida a las AFP y realinear los incentivos, para lo cual existen 2 caminos: 

Devolver los artículos del 37 al 40 a su versión original, así se eliminarían los Multifondos, pero las AFP no podrían tener pérdidas en un año calendario, o si llegasen a tenerlas se compensarían con el fondo de reserva de fluctuación o el encaje.

Eliminar el artículo 42, que indica que, en caso de que una AFP no reintegre el encaje en 5 días, corre riesgo de quiebra, siendo absorbida automáticamente por el Estado. Esto provoca un incentivo perverso a las AFP que las empuja a comportarse como manada. Si todas las AFP, en promedio, ganan o pierden lo mismo, nunca corren el riesgo de quiebra y,  por ende, la actual situación de la ley las motiva a disminuir el riesgo y rentar de forma similar. De hecho, si la AFP Estatal renta 2% bajo el promedio en los fondos C, D y E, podría perder a lo menos US$ 200 millones mensuales y, lo más absurdo, podría ser absorbida por el Estado si no entera el encaje. ¿De qué sirve que la AFP Estatal sea absorbida por el mismo Estado?

Reasignar los US$ 11.000 millones con que hoy el Estado subsidia a los pensionados y destinar US$ 500 millones a depositar $1.000.000 a cada hijo nacido en Chile. En 65 años, al 6% de interés, todos tendrían $49 millones, en consecuencia, contarían con una jubilación base de $250.000.

Reasignar US$ 1.200 millones a un seguro de lagunas, de $10.000 mensuales para todo chileno mayor de 18 años que no tenga imposición mensual. Sumado al bono por hijo, se conseguiría que, en el peor escenario, una ama de casa consiguiera una jubilación de $400.000. Además, quien trabajó y se esforzó, podría llegar a conseguir una jubilación de $1.000.000 mensual.

La AFP estatal puede solucionar el tema de cobertura, pero, para que compita por rentabilidad, es necesario realinear los incentivos del Sistema. Habitat ya indicó que está dispuesta a cobrar comisión por saldo o, en caso de pérdidas, devolver comisiones directo al fondo. 

Habrá que esperar los resultados de la Comisión Bravo para conocer a ciencia cierta si la AFP Estatal mejorará o no las futuras jubilaciones y cumplirá la promesa de tasas de reemplazo del 70%, escribiendo un esperanzador capítulo de la historia de nuestro país.

Gino Lorenzini

Creador de Felices y Forrados

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