Fuego amigo. Asi describen en Hacienda la decisión de los ex ministros del Trabajo de la Concertación de salir a respaldar públicamente a Javiera Blanco y expresar su rechazo a darle "gradualidad" a la reforma laboral.
Los ex titulares de la cartera durante los gobiernos de los presidentes Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet se reunieron ayer en la mañana con la ministra Blanco y aparecieron en una foto en la portada de Economía y Negocios de El Mercurio.
La reunión habría tenido el propósito de analizar la agenda laboral y el proyecto de ley que ingresará el Gobierno al Congreso a fines de diciembre. Germán Molina, Ricardo Solari, Yerko Ljubetic y Osvaldo Andrade mostraron su apoyo a la agenda de La Moneda, pero, en la práctica, la inédita movida le quita el piso al ministro más cuestionado por el sector privado justo cuando La Moneda quiere tender puentes ante un escenario económico cada vez más complicado.
El mensaje de Arenas al empresariado, desde el Chile Day en Londres, ha sido que él será el responsable de llevar adelante el proyecto y la frase clave, que repitió en su discurso en la Enade, es que la agenda "será consensuada y se implementará con gradualidad".
"No vemos ninguna razón para que los contenidos que se vayan a abordar tengan alguna gradualidad en su aplicación (…). Hay un problema de ponernos al día en derechos y no se ve razón alguna por la cual esos derechos lleguen antes para algunos y después para otros", dijo Yerko Ljubetic, quien fuera titular de la cartera durante el gobierno de Ricardo Lagos.
Habló a nombre del grupo y, de acuerdo a El Mercurio, explicó que la única gradualidad aceptable es en el caso de las modificaciones que hagan sobre cuestiones relativas a la negociación colectiva.
"Es la única gradualidad que entendemos que se va a dar", afirmó Ljubetic, agregando no entender por qué se implementarían cambios "antes para algunos y después para otros".
Sus comentarios reflejarían la visión crítica de los ex ministros a la estrategia de Arenas de hablar de "gradualidad" y, al mismo tiempo, refleja la debilidad del ministro, afirma una fuente cercana al Gobierno y que simpatiza con el ministro de Hacienda.
Otra fuente señala que la señal es "muy, pero muy mala, ya que varios de los que participaron son PS", el mismo partido de Arenas.
La Presidenta prometió enviar el proyecto de ley al Congreso antes de fin de año.
