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Ipom: la hora de la verdad


En su presentación del IPOM de septiembre, el Banco Central elevó su proyección de crecimiento para este año y lo ubicó entre 4,75% y 5,25%, por sobre la expectativa de junio pasado que se situaba entre 4% y 5%. Asimismo, en el informe se sostiene que el cambio con respecto a la estimación anterior fue consecuencia de los datos efectivos de la primera mitad del año, así como de los menores efectos en la economía chilena de los estimados en el IPOM anterior respecto a la situación externa.

Llama la atención cómo al mismo tiempo que el Banco Central conoce la nueva estructura del comercio del país, le tome sistemáticamente por sorpresa el menor efecto en la economía doméstica de la crisis internacional.

Con respecto al año próximo, el instituto emisor estima ahora que el crecimiento se ubicará entre 4,0 y 5,0% debido a «un menor crecimiento del PIB de recursos naturales y resto. Esto último, mayormente por la necesaria convergencia hacia tasas de expansión que descompriman el uso de capacidad instalada». En materia de precios el Banco Central prevé que la inflación anual seguirá descendiendo en los próximos meses hasta llegar a fines de este año al 2,5%, es decir, variación menor a la proyectada en junio (2,7%), retornando a 3% en la segunda mitad del próximo año. Por otro lado, el Consejo del Banco Central considera que, en el corto plazo, la TPM se mantendrá estable.

El Banco Central reconoce que una diferencia importante con el pasado, es el avance del esquema de política económica hacia la implementación de mecanismos que permiten navegar a pesar de los desequilibrios y los shocks externos. Al respecto, el presidente de la institución señaló «es relevante que mantengamos y perfeccionemos continuamente los pilares macroeconómicos que le han dado estabilidad y capacidad de resiliencia a nuestra economía».

Posteriormente, luego del ajuste en las expectativas y de su declaración de principios, el Banco Central comenzó a disminuir el área de juego y se refirió al tipo de cambio. La autoridad reiteró su compromiso de mantener una política cambiaria flexible e hizo hincapié en su convencimiento de que esta «es la mejor formar de ajustarnos en forma temprana a cambios bruscos en las condiciones externas y disponer de la política monetaria para aliviar sus efectos sobre la economía chilena», lo que echa por tierra la posibilidad de una intervención a pesar de que el propio BCCh reconoce una apreciación real de la moneda.

La presentación del IPOM finalizó con una postura de pagar por ver, de estar atentos a lo que pasa para tomar las mejores decisiones en un discurso que, a mi juicio, fue el mejor en mucho tiempo.

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