Más de seis meses han pasado desde que escribí la columna “El Olvido de la Salud Pública y El TPP” y seguimos a oscuras, mientras en estos días una nueva ronda de negociación se lleva a cabo en EE.UU.
Sólo sabemos que nuestro país negocia el Trans-Pacific Partnership (TPP) junto a EE.UU., Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Perú y Vietnam, del área Asia-Pacífico. Solamente estamos informados, que han circulado capítulos del TPP, que se han filtrado por internet, cuya autenticidad no nos consta (http://keionline.org/tpp).
¡En definitiva, estamos a ciegas!
De lo poco que sabemos, podemos anticipar que el TPP, de aprobarse en su actual versión, tendrá un profundo impacto para el acceso a los medicamentos, dadas las exigencias que grupos de interés de EE.UU. están tratando de impulsar en materia de propiedad intelectual farmacéutica. La presión que ejercen dichos grupos, no ha bajado y es constante.
¿Qué riesgos vemos en la actualidad?
El tema farmacéutico no se negocia hace tres rondas, a instancias de Estados Unidos. Muchas personas involucradas directamente en la negociación, interpretan esta actitud como una estrategia deliberada de dicho país para tratar de imponer los asuntos de propiedad intelectual al final de la negociación, cuando todas las demás materias ya estén zanjadas. Ello llevará a que la posibilidad de reacción de los otros países – Chile incluido -, sea escasa o inexistente ¿Es eso jugar limpio?
Por otro lado, recientemente México ha sido aceptado, junto a Canadá, como nuevo Estado negociador del TPP. El precio que ha tenido que pagar México, para ser incorporado, ha sido gigante en materia farmacéutica: EE.UU. le avisó que habían “temas pendientes” sin los cuales no podía entrar, por lo que rápidamente se tuvo que “poner al día”. Se espera que México sea un aliado importante, para que Estados Unidos pueda lograr su objetivo en materia farmacéutica. Chile se queda cada vez más solo…
Seamos claros: El exceso de protección de la propiedad intelectual farmacéutica solamente beneficia a los países que generan innovación en esa área, y no a países como el nuestro. Ése es precisamente el precio que los países del sur le deben pagar a los del norte, para ingresar a sus mercados. ¿Para qué hacerlo, si ya conseguimos dicho acceso a todos esos mercados, con los TLC´s existentes? El Gobierno de Chile se ha negado a responder esta simple pero fundamental pregunta, a pesar de toda la insistencia. ¿Hasta cuándo es legítimo ocultar el objetivo de la negociación?
Precisamente, la negociación tiene un importantísimo déficit de legitimidad democrática: incluye muchísimas materias que normalmente habrían sido objeto de discusión transparente y con debate público en los distintos parlamentos y congresos, y no por funcionarios no electos a espaldas de todos. ¿Queremos que nuestro Congreso Nacional se transforme en un simple buzón?
Las distintas presentaciones que hemos realizado sobre este tema se encuentran disponibles en http://www.asilfa.cl/ppt.asp.
