Una semana deslucida para las acciones… y los bonos.
La semana pasada se caracterizó por el mal desempeño tanto de las acciones como de los bonos. Estos últimos tuvieron un pronunciado incremento en el rendimiento, mientras que el precio cayó tanto en los EE. UU., donde el rendimiento de las letras del Tesoro a 10 años se incrementó del 1,91% al 2,11%, como en Europa, y en una medida aún mayor. En cuanto a las acciones, el índice Dow Jones Industrial perdió 0,31% y cerró la semana en 18.024; el índice S&P 500 cayó un 0,42% y cerró en 2.108, y el Nasdaq Composite cayó 1,71% y cerró en 5.005.
La combinación de tasas de interés más altas y la heterogeneidad en las ganancias corporativas mantuvo las acciones bajo presión, con una notable excepción: los mercados emergentes (ME), los cuales han estado demostrando una relativa solidez en los últimos tiempos. Creemos que las acciones de los ME deberían tener un cierto grado de representación en la mayoría de las carteras de los inversionistas.
Venta masiva de bonos a pesar de la heterogeneidad de los datos
Los movimientos del mercado de la semana pasada ocurrieron en un escenario de heterogeneidad general de datos económicos. Hubo algunas buenas noticias que se cristalizaron en el fortalecimiento salarial, con un Índice de Costos del Empleo que se incrementó en un 2,6% año tras año, el cambio más sólido desde 2008. Sin embargo, siguieron siendo desalentadores la mayoría de los indicadores de crecimiento: el crecimiento del producto interno bruto del primer trimestre fue de solo el 0,2%, cuando los economistas preveían una ganancia del 1%, y el crecimiento en el ingreso personal también se mantuvo estable en marzo.
Quizás, lo más problemático sea que la encuesta del sector industrial del Instituto de Gestión de Suministros (Institute for Supply Management, ISM) no tuvo un repunte como se esperaba. Esto es un indicio preocupante, dado que la mayoría de los economistas e inversionistas esperan que la debilidad económica del primer trimestre se revierta en el segundo, a medida que se disipa el impacto del crudo invierno y la huelga de los trabajadores portuarios en la Costa Oeste.
Generalmente, la heterogeneidad de los datos económicos desencadenaría una recuperación de los bonos, a medida que los inversionistas emprenden una “fuga hacia la calidad”. Por lo tanto, fue un poco sorprendente que los inversionistas vendieran bonos la semana pasada, lo que impulsó un aumento en los rendimientos.
La tendencia fue más evidente en Europa, donde el rendimiento de los bonos del gobierno alemán, por ejemplo, aumentó a más del 0,35%, cinco veces desde su punto bajo de hace solo dos semanas. También aumentaron los rendimientos estadounidenses, pero el movimiento en ese país se vio impulsado por expectativas de inflación más alta. En particular, las expectativas de inflación a 10 años se han incrementado aproximadamente el 0,40% desde su punto bajo en enero y ahora se encuentran en los valores más altos desde
octubre. Estos valores siguen estando por debajo de los niveles de 2014; sin embargo, parece que el precio más alto del petróleo, el mayor crecimiento de Europa y algunas evidencias de estabilización de la inflación en esa región han dejado a los inversionistas menos preocupados por las perspectivas de deflación. Además, se ha estancado la recuperación del dólar estadounidense, por lo menos temporalmente.
Si bien el índice US Dollar mantiene un alza del 5% en lo que va del año, registró una baja del 5% desde su punto alto en marzo.
Recuperación en los mercados emergentes
La combinación de incremento de los rendimientos y un panorama de heterogeneidad de las ganancias provocó una baja en las acciones la semana pasada. A pesar de la mejora en la percepción de Grecia y un comienzo respetable de la temporada de ganancias en Europa, las acciones europeas tuvieron más del 2% de pérdidas, mientras que Japón tuvo una baja superior al 3%. Las pérdidas en los EE. UU. fueron más modestas, pero las acciones continuaron con dificultades para obtener ganancias. Si bien tanto Apple como Merck han arrojado resultados sólidos, ha sido menos clara la perspectiva general de las ganancias. Aproximadamente tres cuartos de las compañías del índice S&P 500 han superado las estimaciones de ganancias, pero más de la mitad no cumplieron con las estimaciones de ingresos,
en gran parte, debido a la solidez del dólar en el primer trimestre.
Las pérdidas de la semana pasada fueron particularmente graves para las acciones sensibles a las tasas, como las de servicios públicos, que tuvieron un retroceso de más del 1,5% durante la semana. Como hemos estado analizando desde hace algún tiempo, con valoraciones exageradas, no será necesario que haya un gran incremento en el rendimiento para generar una presión negativa en las partes del mercado más sensibles a las tasas.
Por el contrario, un área que demuestra cierto grado de recuperación es la de los mercados emergentes. Los ME tienen un alza de aproximadamente el 10% en lo que va del año en dólares. Además de la recuperación de las acciones chinas, ha habido una cierta reversión en los mercados que se rezagaron en 2014, principalmente, Rusia y Brasil. Un mejor desempeño relativo y valoraciones que todavía son razonables (los ME cotizan con un descuento del 30% con respecto a los mercados desarrollados, según el precio a valor contable) han producido un cambio en el comportamiento de los inversionistas, con un flujo de US$600 millones hacia productos variados de los ME negociados en bolsa durante la semana pasada.
Es posible que las acciones de los ME experimenten mayor volatilidad este otoño, a medida que nos acercamos a un aumento de las tasas por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, seguimos creyendo que la mayoría de los inversionistas deberían incluir acciones de los ME en sus carteras.
Russ Koesterich
Estratega de inversiones globales de BlackRock