Vestida informalmente, Karin Oppermann, la mujer de Laurence Golborne, caminaba con una amiga por el pasillo de Casa Piedra sin que nadie la reconociera. Se sentó en una desocupada segunda fila con su acompañante a escuchar al cineasta Christopher Murray, hijo del fundador de la viña Montes Alpha del mismo nombre, y el único de los expositores que les dio duro a sus anfitriones. Por moverse con “opacidad” en la sociedad por su falta de transparencia, por creer que sus trabajadores están poco empoderados, porque la Responsabilidad Social Empresarial está radicada en la gerencia de marketing y construye un par de casas para una tragedia. Pero, curiosamente, como su tema era el “relato” dijo que los candidatos debían entrar en esa esfera y habló del relato de “la persona que llegó de Maipú”.
Marcela Cubillos, la señora de Andrés Allamand, fue una de las expositoras en el penúltimo panel “La Agenda del futuro”. Enfática, con su hablar golpeado, igual que cuando era diputada, capturó la atención de la audiencia. Su tema era la institucionalidad y sorprendió a una sala llena cuando llamó a terminar con la frase los fallos judiciales no se comentan. “Nadie pretende cuestionar la independencia de los poderes del Estado, pero tenemos a los jueces haciendo políticas públicas. Deben estar sometidos al mismo escrutinio que el resto de las autoridades”, sostuvo, en alusión —aunque no lo explicitó— a la Central Castilla y el fallo de la Tercera Sala de la Corte Suprema que rechazó su construcción.
Cada una representó cabalmente a sus parejas: Cubillos, tan política como su marido; Oppermann, desconectada de ese mundo y participando del encuentro como una ciudadana más. Al menos, hasta hora.
Andrés Allamand hizo de “príncipe consorte”. Llegó antes del almuerzo junto a Marcela Cubillos como su acompañante.
Golborne, muy discreto, apareció solo, antes del discurso del Presidente Sebastián Piñera que cerraba el encuentro. Se instaló cerca de un stand, se tomó una foto con una promotora con un helado que regalaba la empresa para luego conversar largo rato con Patricia Matte.
Fue la única familia en la Enade: mamá, papá e hijo y tío. Bernardo Matte Larraín fue el presentador del panel sobre «La fuerza de la libertad». Jorge Gabriel Larraín y Patricia Matte, sus padres, y Eliodoro, su tío, escucharon distintas exposiciones. Este último estuvo al comienzo, en la presentanción del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien abrió la reunión y mostró un video sobre los indignados en Europa. Es el primero en su cargo en usar esta herramienta para complementar una exposición.
El Mercurio, uno de los auspiciadores del evento, ofreció a los asistentes lectura del Tarot y quiromancia (manos). Las siete mesas colocadas a lo largo del pasillo pasaron llenas. Mucho más consultas de mujeres que hombres, a quienes únicamente les interesaba saber sobre trabajo.
El regalo más repartido fueron bolsas recicables de todos colores. Algunos cargaban hasta cuatro, cuyo destino puede que no sea la compra de supermercado, pero sirvieron para guardar el computador, lápices, botellas de vino, gel de manos, pads, destacadores, tazones, alfajores y chocolates que ofrecían las distintas empresas en sus stands y que todos aceptaban felices.
