Acá está la famosa carta que Margaret Thatcher le escribió a Friederich von Hayek, mentor de Friedman y padre del neoliberalimo, en que le dice que incluso para ella, "algunas de las medidas adoptadas en Chile son bastante inaceptables".
En la carta, que le escribió en 1982, cuando Thatcher estaba en medio de su programa que terminó transformando la economía británica, luego de referirse a los "éxitos del gobierno chileno en reducir la participación (tamaño) del Gobierno" y "la implantación de un modelo capitalista de libre empresa", le agrega: "Estoy segura que Ud. estará de acuerdo, que en Gran Bretaña con nuestras instituciones democráticas y la necesidad de alcanzar un alto grado de consenso, algunas de las medidas adoptadas en Chile son bastante inaceptables".
Luego agrega: "Nuestras reformas deben hacerse en línea con nuestras tradiciones y nuestra Constitución. A veces el proceso es penosamente lento. Pero estoy segura que vamos a alcanzar nuestras reformas a nuestra manera y a nuestro tiempo. Entonces perdurarán".
Como dijo el economista Guillermo Larraín en su columna de La Segunda de hace unas semanas, "para que perduren las reformas chilenas que son valiosas desde la perspectiva del desarrollo es necesario separarlas completamente del horror de la dictadura que las impuso. Pedir perdón, en el mejor sentido de lo político, por esos 17 años de vulneración sistemática y planificada de los derechos humanos cobra una significación enorme".
