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Las empresas europeas buscan fuentes alternativas de crédito


Muchas empresas europeas dependen de préstamos bancarios, usualmente de instituciones de sus países de origen. Sin embargo, últimamente se han encontrado con que los bancos locales están menos dispuestos a conceder crédito y más dados a cobrar más. Los préstamos bancarios a empresas en la zona euro han caído 43% en lo que va del año en comparación con el mismo lapso de 2011, y en el plazo de cinco años el otorgamiento de crédito ha descendido 68%, según datos de Dealogic.

La búsqueda de financiación alternativa es otra señal de que la crisis de deuda europea está lejos de haber terminado. De hecho, podría intensificarse en las próximas semanas, cuando la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) evalúen si Grecia ha hecho lo suficiente para reducir sus deudas. Al mismo tiempo, algunos economistas anticipan que España va a solicitar un paquete de rescate para controlar su propia deuda.

Por ahora, las empresas de primer orden del sur de Europa pueden todavía aprovechar el mercado internacional de bonos en busca de financiamiento. Sin embargo, otras empresas se hallan bajo una creciente presión para encontrar alternativas. Una medida obvia, la venta de activos, no es atractiva porque la depresión del mercado de fusiones y adquisiciones obligaría vender a precios de liquidación.

Todo eso ha llevado a las empresas a buscar fondos en una fuente remota de posibles prestamistas, incluyendo bancos extranjeros y firmas de private equity. Para asegurar la financiación, las compañías se han visto obligadas a cerrar acuerdos poco tradicionales.

Algunas buscan préstamos garantizados con activos tales como subsidiarias, participaciones minoritarias en otras compañías o cuentas por cobrar. Con frecuencia, esos activos se encuentran en países más seguros, como EE.UU. o Gran Bretaña, lo que los vuelve más aceptables para los acreedores extranjeros.

Cuando a principios de este año la empresa cementera española Cementos Portland Valderrivas estaba renegociando su deuda bancaria de 1.530 millones de euros, sus bancos exigieron que redujera su nivel de endeudamiento. La compañía, que registró una pérdida de 327 millones de euros en 2011 y ha enfrentado una caída de dos tercios en el consumo de cemento desde 2007, podría haber vendido una parte de la empresa, pero se mostró reacia a hacerlo.

En su lugar, negoció un complejo acuerdo con Blackstone Group LP: le vendió, por US$430 millones, un bono a seis años con un rendimiento de 10% garantizado por su filial estadounidense. También le pagará a Blackstone una parte del flujo de caja del negocio estadounidense al final de los seis años.

El acuerdo permitió que Cementos Portland evitara vender su división estadounidense, justamente cuando la construcción civil en EE.UU. empieza a repuntar. La empresa captó dinero suficiente para reducir su deuda bancaria a US$1.100 millones de euros.

«Los bancos querían una reducción de nuestra deuda», dijo su presidente ejecutivo, Juan Béjar, en una entrevista. «El desafío para el sector de cemento en España hoy en día es conservar nuestros activos. Ese refinanciamiento fue la solución».

Blackstone ve potencial para más negocios de este tipo con firmas europeas. «Habrá más situaciones como esa, en la que empresas necesiten capital para reducir sus deudas y poder recibir préstamos de los bancos», dijo Tripp Smith, director gerente de Blackstone.

Cuando Portugal Telecom necesitó renegociar recientemente una línea de crédito de 1.200 millones de euros, los bancos acordaron sólo un paquete de 800 millones de euros. Debido a su gran presencia en Brasil, PT acudió a Banco do Brasil por 100 millones de euros para llenar la brecha. Luego recaudó otros 400 millones de euros con la emisión de bonos en Portugal.

En julio, Energias de Portugal aseguró un préstamo de 1.000 millones de euros del China Development Bank Corp. El acuerdo fue parte de una venta de 21% de la empresa a la estatal china Three Gorges Corp.

«Eso es el resultado directo de las tensiones y presiones en los mercados de capital», dijo Jim Esposito, presidente del Grupo Europeo de Financiación, de Goldman Sachs Group Inc. «Es un camino posible para ciertas empresas en busca de fondos muy necesarios».

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