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Efecto inflación: Buenos Aires, cara como Nueva York


Comprar en el supermercado en la ciudad de Buenos Aires ya es tan caro como hacerlo en Nueva York o en Londres. Un relevamiento hecho entre productos de la canasta básica en los portales de supermercados de algunas de las principales ciudades del mundo demuestra que el gasto de una familia porteña en alimentos y otros artículos de primera necesidad está en línea con el de países con un nivel de ingreso mucho más alto, como Estados Unidos y Gran Bretaña, y es mayor que en España. En cambio, sigue por debajo del costo de la misma canasta en San Pablo.

Según una medición realizada por LA NACION una muestra de un poco más de una decena de alimentos, bebidas y artículos de limpieza y tocador de primeras marcas internacionales, los precios de los supermercados de la Capital Federal son prácticamente los mismos en dólares que los de los países del Primer Mundo, con la excepción de los cortes de carne vacuna, que en la Argentina son sensiblemente menores que en Estados Unidos, Brasil, Gran Bretaña y España.

Para la medición se tomaron en cuenta los precios que figuran en las páginas online de las cadenas Coto (Buenos Aires), El Corte Inglés (Madrid), Pão de Açúcar (San Pablo), Tesco (Londres) y A&P Supermarkets (de Nueva Jersey, pero que también trabaja con clientes de Nueva York). Con la muestra que eligió LA NACION, los supermercados porteños están apenas 2% un poco más caros que la canasta que se ofrece en Londres y Nueva York, tomando siempre en cuenta el dólar al tipo de cambio oficial.

Llamativamente, el ticket más alto lo sufren los clientes paulistas, que en promedio están pagando un 9,2% más que en Buenos Aires y 12,4% más que en Nueva York.

El otro caso llamativo es el de la cadena española El Corte Inglés. La canasta que en Buenos Aires cotiza a 183 pesos, en Madrid se consigue a menos de 24 euros, lo que representa casi 150 pesos al tipo de cambio oficial. Este marcado diferencial de precios podría explicarse por la recesión que enfrenta el mercado español, lo que impulsa a la baja los precios de artículos de primera necesidad, en un escenario cada vez más parecido al que vivió la economía argentina en 2001 y 2002.

 

Más allá del caso español, la paridad de precios entre la Argentina y economías más desarrolladas, como la inglesa o la norteamericana, se explica básicamente por la combinación de inflación local y retraso en el tipo de cambio que vivió el país en los últimos años, que es también la principal causa del encarecimiento en dólares del costo de vida.

De acuerdo con un informe del estudio de Orlando J. Ferreres, desde julio de 2007 la economía argentina acumula una inflación en dólares de casi el 100%, mientras que en el mismo período los precios al consumidor en los Estados Unidos tuvieron un incremento apenas superior al 10 por ciento.

DE CARNE SOMOS

Comprar en Buenos Aires, en cambio, continúa siendo un gran negocio si se toman los precios del resto de los países tomando como parámetro la cotización del dólar en el mercado paralelo. En este contexto, la misma canasta en Londres o Nueva York es 28% más cara que la de CotoDigital, y la de San Pablo directamente cotiza un 43% por encima de la porteña.

En el caso de la carne, Buenos Aires resulta claramente más barata que otras ciudades del mundo. A pesar de las recientes declaraciones de Guillermo Moreno acerca de que la carne no registró ningún aumento en los últimos dos años, de acuerdo con el relevamiento que realiza el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina -un organismo mixto integrado por productores ganaderos y frigoríficos de todo el país y del que también participan funcionarios del Ministerio de Agricultura-, entre septiembre de 2010 y la actualidad el precio promedio del kilo en las carnicerías argentinas acumuló un alza del 63 por ciento. Y hasta el propio Indec desmintió al secretario de Comercio Interior, ya que según sus cuestionadas estadísticas la categoría registró un incremento del 13,2 por ciento en los últimos 24 meses.

A pesar de estas subas, la carne argentina continúa claramente por debajo de los precios de otros países y, por ejemplo, el kilo de lomo en Coto se consigue a 83 pesos, contra las 31 libras de Londres (aproximadamente 243 pesos, al cambio oficial) o los 37 euros de Madrid (231 pesos).

Algo parecido ocurre con el pollo, cuyo precio en la Argentina es casi el mismo que en Brasil y está claramente por debajo de los valores de Estados Unidos, Inglaterra o España.

Esta competitividad de la carne argentina, sin embargo, no se traslada a un producto derivado como las hamburguesas. Y se da la paradoja de que una caja de hamburguesas porteñas está un poco más cara que la de Estados Unidos o España.

LÁCTEOS MÁS CAROS

Otro rubro en el que los argentinos están pagando un poco más que los clientes de los países centrales es el de los lácteos. Buenos Aires tiene el litro de leche más caro que Londres, San Pablo y Madrid, y los porteños pagan por el pack de yogur de la misma marca un 10 por ciento más que un paulista y un 25 por ciento más que un madrileño.

La historia se repite con otro producto de primera necesidad como el azúcar, con precios locales que prácticamente duplican los que tienen que pagar los consumidores españoles o los brasileños y que están en línea con los de Estados Unidos.

Y la lista de casos paradigmáticos de este encarecimiento del costo de vida en dólares se completa con las gaseosas. La latita de la marca líder que en Buenos Aires cotiza a 5,7 pesos, en los supermercados de Londres o Nueva Jersey se consigue a mitad de precio.

Del editor: qué significa. 
Siempre fue igual: cuando los precios argentinos se parecen a los del Primer Mundo, la inflación en dólares emerge, mal que les pese a los funcionarios.

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