Un avance mayor a la expansión sostenida por el empleo asalariado registró la subcontratación durante los últimos tres años. Según el último reporte de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), entre octubre y diciembre de 2013 el 10,3% de los 5.554.170 trabajadores asalariados estaba subcontratado. Los 573.890 ocupados bajo este tipo de relación contractual representaron un incremento de 17% respecto de igual período de 2010. Durante el mismo lapso, la cantidad de asalariados creció 10,4%.
De acuerdo a la legislación vigente desde 2007, en el régimen de subcontratación se encuentran los trabajadores que siendo contratados y dependiendo de un empleador -denominado contratista o subcontratista- ejecutan obras o servicios para un tercero -empresa principal-, dueño de la obra, empresa o faena en la que se desarrollan dichas prestaciones. Esta firma es solidariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales, incluidas eventuales indemnizaciones por término de la relación laboral del período de servicios.
“Si bien en casos como la gran minería los subcontratados realizan labores similares a los de planta, el que debe dar las órdenes es el supervisor de la empresa contratista. Se puede subcontratar cualquier función, pero la limitación es que la subordinación dependa del contratista”, explica Christian Alvarado, de Grasty Quintana Majlis & Cia.
De acuerdo al INE, el 91% de los subcontratados se desempeña en el sector privado, y el segmento restante trabaja en el sector público. Sin embargo, la incidencia respecto del universo de empleados de cada sector es 11,1% y 5,9%, respectivamente. El 74% de los subcontratados son hombres.
Tras señalar que en 2010 los subcontratados equivalían al 9,8% de los asalariados, desde el gobierno el ministro (S) del Trabajo, Fernando Arab, asegura que “es un aumento muy menor, de 0,5%”. “Considerando que en las encuestas en general existe un error muestral de 0,3%, estimamos que no es motivo para un análisis especial”, recalca.
Alvaro Pizarro, ex director del Trabajo, afirma que a nivel mundial la tendencia de la subcontratación es al alza. “La razón que hace que el sistema opere es la especialidad. Las empresas no tienen por qué ser expertas en todo. Por eso, cada vez hay más firmas que se dedican exclusivamente a proveer servicios especializados”, plantea. Sin embargo, el especialista reconoce que la regulación “ha ido derivando”. Esto, debido a que, a la par de la expansión de las empresas, también se han incrementado los beneficios que reciben los trabajadores de planta. “Si bien tienen derecho a seguridad social, los subcontratados no tienen acceso directo a los beneficios de la empresa principal. Eso permite reducir costos”, puntualiza.
“La remuneración de un subcontratado puede llegar a representar dos tercios del salario de un trabajador de planta. En sectores como la minería se observa principalmente esa diferencia, incrementada por los bonos”, añade Alvarado. Respecto de las actividades económicas, puntualiza que es una modalidad de trabajo que se da “bastante” en actividades como el retail y la minería, y en funciones como aseo y seguridad. Según el INE, la región con mayor proporción de subcontratados es Atacama, donde el 22,4% de los asalariados son subcontratados, seguida por Coquimbo (20%).
