Señor Director:
En Chile cerca de uno de cada tres estudiantes no creen que la democracia sea la mejor forma de gobierno y casi el mismo porcentaje considera que la violencia o la fuerza física son medios legítimos para lograr lo que uno quiere. Un sesgo de desconfianza a la institucionalidad democrática cristalizado en “funas”, tomas, y justicia por mano propia, es el cóctel barbárico que ofrecen las redes sociales hoy en día.
La democracia supone derechos y libertades fundamentales que de ser afectados por mayoría simple entonces se transforma en tiranía. Urge entonces que las nuevas generaciones reconozcan el valor de instituciones como la presunción de inocencia, los derechos de propiedad y las garantías judiciales como parte de estos derechos y libertades fundamentales.
Ante una generación universitaria que valora la diversidad de rasgos y conductas observables, pero no de ideas y formas de pensar (que en última instancia es la diversidad que más importa), y que además ha mostrado tintes de desencanto por las instituciones democráticas y las resoluciones a través del dialogo y procesos regulares, asignaturas como Educación Ciudadana, incorporada al nuevo currículo obligatorio de tercero y cuarto medio, vienen a ser probablemente un aporte positivo para nuestro país.
Eduardo Zuleta V.
