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Comunicación presidencial en crisis: los dardos que apuntan a Larroulet y a la Secom tras el estallido social PAÍS

Comunicación presidencial en crisis: los dardos que apuntan a Larroulet y a la Secom tras el estallido social

Dentro de todos los puntos bajos que ha tenido el Presidente Sebastián Piñera durante la crisis, el comunicacional ha sido el que más se ha criticado al interior de La Moneda. Si bien desde el oficialismo apuntan como primeros responsables al propio Mandatario y a su principal asesor Cristián Larroulet, la carencia de bajadas comunicacionales a los diferentes ministerios y la falta de experiencia del director de la Secretaría de Comunicaciones, Jorge Selume, en casos de crisis política de alta gama, habrían llevado a la repartición a acumular duras críticas, por “no estar a la altura” de las circunstancias. La estrategia de la Secom para neutralizar las voces que en redes sociales pedían la renuncia del Jefe de Estado no tuvo éxito alguno. Las frases de apoyo y las campañas masivas pro Gobierno chocaron con la realidad: que los mensajes de esta naturaleza no han decrecido y que siguen manifestándose nutridamente en RRSS cada vez que interviene el Presidente.


Desde hace un tiempo a la fecha varias han sido las quejas desde el oficialismo, pero también desde los diferentes ministerios, respecto del manejo que ha tenido la Secretaría de Comunicaciones (Secom), previo a la crisis iniciada el 18 de octubre pasado y durante la misma.

En un principio, los dardos apuntaron a la falta de coordinación que esta repartición a cargo de la Segegob –inherentemente independiente– tuvo con el segundo piso a cargo de Cristián Larroulet, a quienes acusaron de falta de experticia a la hora de enfrentar momentos de alta complejidad. Sin ir más lejos, el diputado RN Diego Shalper ya había acusado de falta de sensibilidad política en su interior, poniendo el punto en que se trabajaría de manera más parecida a una agencia de publicidad.

Los problemas que siempre presentó el Gobierno para imponer su agenda, o la impericia al taponear el éxito de aquellos casos que llegaron a buen puerto con una batería de actividades secundarias, y que terminaban por eclipsar el principal acierto, fueron también las quejas reiteradas que RN hizo saber al interior de La Moneda y que recaían en la figura de su director, Jorge Selume. La frase que dejó sin ministerio a Mauricio Rojas –una vez que se conoció el calificativo de montaje respecto del Museo de la Memoria– también fue atribuida a la repartición encargada de “identificar las necesidades globales y específicas de comunicación de las diferentes instancias gubernamentales y proponer a estas las estrategias adecuadas y proporcionar la asesoría para satisfacerla”, esto debido a que varios interpretaron que su deber era el haber advertido previo a su nombramiento.

Ya insertos en la crisis, uno de los puntos más conflictivos fue el manejo comunicacional de La Moneda, específicamente el del Presidente Sebastián Piñera. A pesar de que al interior del oficialismo ven al Mandatario y a su principal asesor, Cristián Larroulet, como los principales responsables de “los errores graves”, como haber señalado que el país vivía una guerra, en el conglomerado también apuntan a la responsabilidad que ha tenido la Secretaría de Comunicaciones.

Leer aquí: Cristián Larroulet, la suma de todos los males

En el gabinete aseguraron que el espacio dirigido por Selume no ha estado “a la altura”, que no fue claro en los momentos más complejos, ni bajó la línea de Palacio a los ministerios. Consignaron que es “claro” que la falta de experiencia del sociólogo en “manejo de crisis reales, no de redes sociales”, llevó a que la Secom estuviera más preocupada de los hashtags que “de contener la imagen del Presidente”.

Los errores habrían partido el “día cero”, el 18 de octubre, justo cuando las estaciones de metro eran atacadas y la gente salió a demostrar su descontento a las calles. La imagen del Primer Mandatario celebrando el cumpleaños de uno de sus nietos en una pizzería en Vitacura fue la bencina que encendió el fuego de esa noche. Aunque desde el círculo político del Jefe de Estado destacaron que esa visita estaba agendada con anticipación, situación que es respaldada por el entorno cercano a los propietarios del restaurante, la responsabilidad de la Secom radica en no haberse anticipado a la fuerte reacción en redes sociales que generó dicho evento y que determina el inicio de la caída libre en la imagen del Presidente.

En Chile Vamos, se impuso la visión de que la Secom “no cumplió su trabajo” y no advirtió a la máxima autoridad del país sobre lo mal que podía resultar esa postal para el contexto de crisis que se vivía en dicho momento, y que terminó siendo portada en periódicos internacionales, junto con elevar el descontento de la calle al punto del descontrol.

La contención del “Piñera Renuncia”

La obsesión al interior de la Secom durante las semanas más complejas habría residido en la figura del propio Presidente. El objetivo era contener la idea de que el Mandatario tenía que renunciar y fortalecer el rol que posee la figura presidencial dentro del sistema institucional.

Es por eso que los hashtags y trending topics relacionados con la exigencia de la renuncia del Presidente Piñera, se intentó neutralizarlos con frases de apoyo y campañas pro Gobierno en redes sociales. Se enviaron cadenas y se coordinó a las huestes con el objetivo de que las campañas vía “direct” en Twitter no rindieran efecto. Desde Palacio habría salido la solicitud de intentar “bajar los ánimos” y “cuidar el control”.

Las campañas, sin embargo, han chocado con la realidad: que los mensajes que piden la renuncia de Sebastián Piñera no han decrecido y siguen manifestándose nutridamente en redes sociales cada vez que interviene el Jefe de Estado.

Jorge Selume.

Uno de los momentos más complejos para la Secom habría sido la declaración de guerra que hizo el Primer Mandatario. Fuentes cercanas al Gobierno señalaron que nunca estuvo en la planificación implantar la idea de que existe un enemigo interno potencial, pero que sí se debía dotar del sentido de urgencia que se vivía ante el caos en las calles. Lo que vino después de la declaración trató de ser revertido, pero ni siquiera en dicho momento de crisis la Secom habría dado directrices claras más allá del comité político del gabinete.

En medio del caos, una de las pocas personas que escucha el Presidente es su jefa de gabinete, Magdalena Díaz de Vergara. La trabajadora social, que tiene un fuerte lazo personal con Piñera, también es una de las más escuchadas en el círculo del segundo piso, incluso por el propio Larroulet.

Su línea mucho más “social” habría ayudado a dar pasos hacia el denominado “Acuerdo por la Paz”, además de servir como un soporte para el mandamás de La Moneda. Cabe recordar que Magdalena Díaz es cercana a la hija del gobernante, Magdalena Piñera Morel, e hija de un antiguo amigo suyo, Pedro Pablo Díaz, quien actualmente es embajador en Portugal.

La nueva Segegob

Sorpresa causó en varios jefes de comunicaciones de los diferentes ministerios el llamado que recibieron desde la nueva administración de la Secretaría General de Gobierno a una cita que, en términos simples, buscó una mayor coordinación entre las diferentes carteras. En un ejercicio de desahogo grupal, gran parte de los participantes entregó su parecer respecto a qué áreas se podían mejorar para la coordinación, una instancia que fue bien acogida, debido a lo que acusaron como “escaso “feedback” desde la Secom en esta área en específico.

Hubo ideas que se buscó plasmar, pero que de inmediato no fueron bien acogidas desde la entidad liderada por Jorge Selume. Desde esta secretaría entendieron que se estarían saltando su filtro, mismo al que acusan de falta de claridad, al destacar la falta de información que hubo previo al último cambio de gabinete. En ese momento, sostienen, “se sintió un vacío fuerte”, ya que pese a que se pidió en varias ocasiones las bajadas comunicacionales, estas en gran parte simplemente no llegaron.

Los reclamos internos desde varias carteras apuntaron a la falta de coordinación con los ministerios que no residen en Palacio, es más, se culpa directamente a la Secom por las cuestionadas salidas erráticas de varios ministros «por falta de la implementación de una estrategia comunicacional, más veloz, más acorde a los tiempos”.

En la cita hubo otra queja, que no se hizo patente en la instancia, más bien fue de pasillo, y esta apuntó a la presencia del periodista y pareja de la ministra Karla Rubilar, Christian Pino, sobre lo cual algunos presentes señalaron sentirse incómodos, al no estar claros acerca del rol que el exconductor de TVN cumpliría en el ministerio.

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