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El rostro del rechazo al retiro del 10 %: el peor flanco de Briones y el riesgo de ser el candidato testimonial PAÍS

El rostro del rechazo al retiro del 10 %: el peor flanco de Briones y el riesgo de ser el candidato testimonial

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Entre sus pares, el ex ministro Ignacio Briones aterrizó en Hacienda perfilado como el jefe de las finanzas públicas buena onda, que encabezaría el diálogo en medio del estallido social. Llegó como el economista  “distinto” en relación al estereotipo en su cargo. A poco andar el ex ministro se topó con la pandemia, donde mostró su cara de economista duro durante la discusión sobre el retiro del 10%, de fondos previsionales, a lo que se opuso con fuerza. En esta última pelea -que Briones perdió dos veces- el costo del ser el «rostro» de la negativa a una política social, que contaba con el apoyo de la gran mayoría del país y que hizo que se volcara masivamente al canal del Congreso para seguir en detalle los debates, lo pagó solo él. Fue el niño símbolo de la impopularidad en plena crisis económica. En plano político, marcó distancia con la derecha más conservadora al votar Apruebo en el plebiscito del 25 de octubre. Ese detalle es fundamental para saber a quién le habla el ex ministro de Hacienda como candidato presidencial. Según analistas Briones le habla “a la mayoría de derecha que votó Apruebo, que es un número abrumadoramente mayor a los votantes del Rechazo. Eso lo pone en ventaja en una eventual primaria respecto a la UDI y al Partido Republicano, que asumieron posiciones marginales en dicha elección».


“En este período, el problema de Briones, me parece a mí, es que nunca ha hecho campaña política, tiene que hacerla y tiene una elección al frente. Si no se inserta en este escenario, puede terminar siendo un testimonio”, dice Tomás Duval, analista político ligado a Renovación Nacional. El exministro de Hacienda mostró su cara de economista duro durante la discusión sobre el retiro del 10 % de fondos previsionales, a lo que se opuso con fuerza. Algo que contrasta con su postura de campaña impulsada desde el 30 de enero, en la que ha buscado llegar a los electores como el candidato mesurado. El peligro es que, de tanta prudencia, sus palabras puedan perderse en el caudal de la contingencia.

“Frente a situaciones tan dolorosas, poco sirven las declaraciones grandilocuentes. Puede ser menos popular, pero invito a que seamos prudentes. El procedimiento de Carabineros, donde muere Francisco Martínez, debe ser investigado y explicado con total claridad a la ciudadanía”, dijo el sábado sobre la muerte de Francisco Martínez en Panguipulli. Lamentó la destrucción de edificios públicos y pidió una reflexión colectiva para resolver “cómo seremos capaces de hacer reformas profundas para recuperar la confianza en instituciones clave”, dijo, sin mostrar propuestas. Entretanto, Lavín y Matthei, los otros candidatos de su sector, optaron por el silencio, y Mario Desbordes, por la polémica al apoyar la reacción de Carabineros.

Hugo Herrera, doctor en filosofía, y cercano a la candidatura de Desbordes, cree que Briones “así como están las cosas, no tiene ninguna posibilidad de llegar a la presidencial. Más allá de los méritos de él, que creo que los tiene, Evópoli es un partido sin despliegue territorial, es un partido todavía muy de nicho, muy de clase. Son varones de clase alta, y de Santiago. Con ese perfil tu no haces política nacional”, afirma el académico de la UDP.

Coincide Tomás Duval, quien le manda un consejo gratis. “Que recorra el país, porque tienden a quedarse sólo en sectores de opinión. Creo que eso va a ser importante”, dice.

Sin embargo, el recorrido de campaña tuvo uno de sus encuentros más recientes justamente en el nicho del que le aconsejan salir. Briones junto a Evelyn Matthei, Joaquín Lavín y José Antonio Kast participaron en un seminario presencial en el centro de eventos Las Majadas de Pirque, al que asistió un selecto grupo de empresarios, suscriptores del medio El Líbero, candidatos a constituyentes y personalidades como Marcela Cubillos, Gonzalo Blumel y el vocero de gobierno, Jaime Bellolio.

Entre sus pares, Briones aterrizó en Hacienda perfilado como el ministro buena onda, que encabezaría el diálogo en medio del estallido social. Llegó como el economista  “distinto” en relación al estereotipo en su cargo. No estudió en Harvard como Felipe Larraín o en el MIT como Rodrigo Valdés, sus antecesores en el ministerio. Briones eligió París para hacer un doctorado en Economía. En el Instituto de Estudios Políticos de París, por donde han pasado líderes como Emmanuel Macron, Francoise Mitterand, Jacques Chirac o la primera jefa de estado de la exrepública soviética de Georgia, Salomé Zurabishvili, figura de la derecha europea.

No es extraño, entonces, que Ignacio Briones tenga la convicción intacta de que puede ser un líder diferente. “Todas las ventajas son potenciales a estas alturas de la carrera. Pero tiene la oportunidad de buscar recomponer la alianza liberal-conservadora en torno a una agenda de cambio social profunda pero sustentable en el tiempo. Eso requiere un trabajo ideológico potente y prioridades claras”, dice desde Reino Unido, el antropólogo Pablo Ortúzar, cercano al equipo de campaña.

Briones, otra diferencia con algunos de su sector, votó Apruebo en el plebiscito del 25 de octubre. Ese detalle es fundamental para saber a quién le habla el exministro de Hacienda como candidato presidencial. Según Pablo Ortúzar, Briones le habla “a la mayoría de derecha que votó Apruebo, que es un número abrumadoramente mayor a los votantes del Rechazo. Incluso si uno mira en las comunas tradicionalmente de derecha donde ganó el Rechazo, sus números están muy por debajo que los votos de derecha en la presidencial en esas mismas comunas. Eso lo pone en ventaja respecto a la UDI y al Partido Republicano, que asumieron posiciones marginales en dicha elección”, asegura.

En el contexto de la nueva constitución, el exministro, ahora con más tiempo, ha vuelto a mirar las propuestas que según dicen en su equipo “a fuego lento y con rigor, hemos estado preparando desde Evópoli y Horizontal para una nueva Constitución”.

La naturaleza de Baco

La metáfora gastronómica no es casual. Briones, con su amigo Jorge Ferrando –hoy ejecutivo de Copec y que estudiaba en La Sorbonne–, escribían reseñas gastronómicas con el seudónimo de Eugenio de La Cruz, a comienzos de la década de los dos mil. Y una de las recetas que Briones cocina en la familia junto a la arquitecta Francisca Cifuentes y sus tres hijos es Bœuf Bourgignon, un plato francés de cocción lenta, especialidad del restorán  Baco, en Santiago.

Baco era uno de los sobrenombres que Briones tenía en el colegio según el anuario de su colegio, que lo describe así: “Negociante por naturaleza, siempre nos ha ‘deleitado’ (aburrido) con sus tesis económicas, charlas de ski, colecciones de encendedores, llegando incluso al nivel de cobrar por escuchar el cassette de Xuxa al revés. Pese a su gran cultura no supo responder quién era Baco (dios del vino en la mitología romana) en un programa de TV».

Precisamente, Briones no pudo escapar de su naturaleza. Fue un ministro más bien inflexible a la hora de enfrentar y manejar los fondos durante el período más complejo de la pandemia, lo que generó roces y no dejó buen recuerdo entre los parlamentarios, en el mundo político.

“Briones fue duro en la negociación porque no vio el problema político. ¿Por qué dice ‘no hay plata’? y después hay plata, ¿es un mentiroso? No. Probablemente él creía que no había plata si es que queríamos mantener un cierto equilibrio fiscal. Pero cuando el país se está hundiendo y está en riesgo dilapidar el sistema de pensiones, saca plata porque vas a terminar destruyendo más de lo que quieres salvar. Entonces, él no tiene la flexibilidad de reparar en que primero tienes que tener legitimidad política y después viene la posibilidad de tener despliegue económico, cultural y todo lo demás”, dice Hugo Herrera.

Sin embargo, Pablo Ortúzar no comparte esta visión. Por el contrario, “la verdad es que Briones, lejos de ser ‘duro’, tiene una paciencia enorme para discutir y darle vuelta a los asuntos hasta llegar a soluciones razonables. Eso lo caracteriza como académico y no veo que haya cambiado como ministro. Otra cosa es que muchos de nuestros políticos no estén dispuestos a discutir en un plano racional y acusen de ‘dureza’ a quien pretenda hacerlo”, dice.

Desde su entorno, defienden la gestión que Briones tuvo en Hacienda destacando algunos de los que consideran sus logros. Como aprobar un presupuesto 2021 especialmente complejo. “Le tocó liderar un momento histórico, plagado de demandas y desconfianzas. Fue capaz de que siempre primara el diálogo y los acuerdos: se aprobaron 28 leyes y logrando acuerdos muy sustantivos como el acuerdo social y económico Covid del 14 de junio, con un fondo extraordinario de USD 12.000 millones; un acuerdo tributario, de pensiones de pilar solidario”, recuerdan, sin mencionar que Briones se opuso férreamente en un principio a aumentar los recursos del Ingreso Familiar de Emergencia y peleó contra el retiro del 10 % de fondos previsionales.

En esta última pelea −que Briones perdió dos veces− el costo del ser el “rostro” de la negativa a una política social, que contaba con el apoyo de la gran mayoría del país y que hizo que se volcara masivamente a conectarse al canal del Congreso, que transmitió con éxito de rating los debates, ese costo, lo pagó sólo él. Fue el niño símbolo de la impopularidad en pleno apogeo de las cuarentenas.

París o Chile

Por lo pronto, Briones puede lucir una amplitud de relaciones políticas a partir de la buena onda que aún tiene con algunas personas en el otro lado de la vereda política como Marco Enríquez-Ominami, su compañero de colegio y Javiera Parada, ex agregada cultural en Estados Unidos durante el primer gobierno de Bachelet y que lo entrevistó para la revista SML.

A Briones en campaña le falta conocer Chile, con el detalle que puede recomendar lugares de París. Como estudiante y luego como embajador de Chile en la OCDE, recorrió París y siempre comparte sus “picadas” de la capital francesa, como el Museo Rodin, pequeño, menos frecuentado, por su jardín y las potentes esculturas de Rodin. A Briones le gustaba mucho ir a sentarse ahí, pasear y ver gente pasar. Además, el jardín de Luxemburgo le quedaba cerca de donde tenía su oficina mientras cursaba el doctorado.

Antes que el trabajo de 16 horas en el Ministerio le quitara la mayor parte del tiempo, Briones era descrito como un lector de un promedio de tres libros a la semana. Como Arthur Rimbaud, o Charles Baudelaire, dos de los poetas, junto a Nicanor Parra, de los que se considera lector recurrente. El exministro tomó una decisión llena de arrojo cuando aceptó ser candidato presidencial. En su entorno explican que la idea surgió como una petición de las bases del partido. “Pero se precipitó con la opción de Felipe Kast, eso provocó que Ignacio tomara esta determinación con mucha convicción, entusiasmo y ganas”.

Tiene que ser una convicción tan fuerte como la de Juan García Madero, el estudiante que lo deja todo para ser poeta en Los Detectives Salvajes, otro de los libros que Briones ha mencionado entre sus favoritos. Porque los obstáculos han llegado desde su propio partido, en forma de chiste o declaración desafortunada, como lo que ocurrió precisamente con Felipe Kast. Cuando se oficializó la candidatura, Kast publicó un meme con la cara de Briones sosteniendo una radio como un rapero de los ochenta subiéndose a un bus. Kast tuvo que explicar la broma ante las burlas que recibió en redes. Pero luego, en una entrevista con radio Sonar, aseguró que “la gracia que tiene para mí es que de alguna manera es un antipolítico, una persona cuyo carisma está en la sobriedad, en la sencillez, pero al mismo tiempo es firme, no anda prometiendo cosas que no puede cumplir y eso se lo reconocen también desde la oposición”, dijo.

Pero Briones quiere dejar claro que no es antipolítico. Por eso, las palabras de Kast, expresidenciable de Evópoli, no cayeron bien entre quienes miran con atención y entusiasmo la campaña de Briones. “El mayor lastre potencial de Briones es la frivolidad de ciertos sectores liberales progresistas al interior de Evopoli. ¿Cómo va a ser una ventaja ‘no ser político’ para ser Presidente de la República? Eso es como de Lavín del 99. Realmente es una frase ‘no me ayude tanto’. Briones justamente tiene que mostrar que tiene tonelaje político además de capacidad técnica. Es la combinación de esos atributos lo que lo destacaría como candidato”, dice Pablo Ortúzar.

El futuro de Evopoli

Para el analista Tomás Duval, por el contrario, la gestión de Briones puede ser usada como una ventaja. “Creo que ésa va a ser un área muy importante si él toma el tono y encuentra el camino preciso. Lo digo de manera positiva. La defensa del gobierno permea a Chile Vamos. Uno puede encontrar críticas, pero finalmente Chile Vamos conforma el gobierno. Entonces de cierta manera ése puede ser un camino interesante que puede desarrollar, la defensa del gobierno”, dice Duval aunque recuerda que los ministros de Hacienda históricamente no han tenido éxito electoral, salvo Jorge Alessandri, que fue ministro y Presidente más de una década después.

Según Duval, Briones  como ministro “enfrentó los primeros meses muy bien y logró un gran acuerdo en materia presupuestaria, eso lo hizo muy bien. Pero se fue desgastando y eso le pasó al final la cuenta”, explica.

Como candidato, hasta ahora Briones mantiene el perfil sobrio, ordenado y moderado de un ministro de Hacienda, la propuesta de los cambios graduales para acercarse al centro. Desde su equipo entregan algunas definiciones que van en ese sentido. “Los cambios estructurales son fundamentales y no nos podemos farrear esas transformaciones necesarias para chilenas y chilenos con políticas de corto plazo, efectistas o populares. Precisamente porque estamos convencidos de que, en lo que nos convoca, es fundamental la necesidad de reformas audaces en lo social y económico, hay que hacer las cosas con rigor para poder darles respuestas honestas y concretas a la ciudadanía. Vender la pomada o hacer promesas mágicas es la receta más segura de sembrar aún más desconfianza y no poder abordar una hoja de ruta reformista”, afirman. Como para tener un apronte.

Suponiendo que no pudiera ganar la primaria, de todas maneras la candidatura de Briones puede servir a su partido Evópoli para posicionarse en el Gobierno, tal como lo hizo Felipe Kast luego de ser candidato en 2017. “Hay que ver el resultado de las primarias y, de no ganar Briones, las estrategias y alianzas posteriores dentro del sector. Que el Piñerismo se haya apoyado en Evópoli es un hecho circunstancial, aunque es cierto que Evópoli ha ido reuniendo buenos cuadros jóvenes, como el caso de Tomás Mandiola, Magdalena Barriga o Alejandro Fernández −que hoy son candidatos a la constituyente− que podrían ser útiles a cualquier administración”, dice Pablo Ortúzar.

Pero el escenario puede ser distinto, en la medida que Briones hasta ahora, y Evópoli en particular, no tienen buena relación o al menos tan cercana, como con Piñera, con los otros candidatos que están en carrera a La Moneda. Según Hugo Herrera “en último término, Evópoli es un invento de Piñera que se armó con cuadros de Piñera 1, entonces Piñera era muy favorable a ellos. Pero yo no veo sintonía política especial entre Evópoli, y Lavín por ejemplo. Con Evelyn Matthei podría haber un poco, pero en el fondo ha criticado súper fuerte el economicismo de Libertad y Desarrollo, que es súper cercano a Evópoli y no veo cercanía con Desbordes. Entonces creo que va a ser súper dura la negociación en un eventual gobierno de cualquiera de ellos tres, con respecto a lo que sucedió con Piñera, donde ellos eran como hijos de Piñera” afirma.

Duval, más antiguo en las lides de la política de alianzas que ha sustentado no sin trizas a la derecha local, cree que Briones puede ser algo así como un espacio para una nueva identidad dentro de la derecha. “Creo que puede ser una oportunidad para Evópoli el hecho de que ha sido un partido que ha tenido un liberalismo aplicado a las personas, pero muy ortodoxo en lo económico y creo que Briones tiene una mezcla que podría darle una identidad de distinta naturaleza a Evópoli. Si el liberalismo también se expresara en distintas posiciones en materia económica”.

 

 

 

 

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