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El ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, se refirió a la situación de la migración irregular en el país, asegurando que para combatirla, hay que buscar “cooperación mayor” con los países adyacentes y que, en términos de absorción de migrantes, la capacidad de Chile está “agotada”. En ese sentido, recordó que este no es el primer flujo migratorio que recibe el país, pero es de los primeros “que se ha visto asociado en algunos casos a fenómenos de criminalidad organizada”.
El problema de la migración en Chile fue abordado este lunes por el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, quien aseguró que hay que buscar “cooperación mayor” con los países adyacentes y que, en términos de absorción de migrantes, la capacidad de Chile está “agotada”.
“Para nosotros es muy importante la relación con América Latina. Hoy por hoy hay una serie de iniciativas en nuestro continente y todas apuntan a una mayor cooperación, que vemos como muy necesaria. Hay una serie de temas que requieren de atención especial, como el tema migratorio”, dijo, en conversación con la agencia de noticias EFE.
“Hay una crisis migratoria que afecta a distintos países y obviamente hace falta una cooperación mucho mayor de la que existe actualmente. Sabemos que es un tema muy complejo. También en Europa, pero la verdad es que disponemos de pocos instrumentos para afrontarla colectivamente. Uno de nuestros esfuerzos en estos momentos es poder fortalecer esos mecanismos de cooperación a nivel regional. Se habla de revivir Unasur, en cualquier esquema a nosotros nos interesa participar”, agregó.
Precisamente, uno de esos diálogos y cooperación es con Venezuela, quien según el Canciller, “está interesada en la repatriación de sus ciudadanos. Tenía un programa de repatriación que se ha visto interrumpido. Nos interesa que ese programa pueda reanudarse”.
De acuerdo a la autoridad, ésta no es la primera vez que Chile recibe un flujo migratorio. Pero, según su testimonio, el actual es un “flujo muy intenso y que se ha visto asociado en algunos casos a fenómenos de criminalidad organizada”.
Dicho problema se combate con una “migración que sea como dicen todas las resoluciones de Naciones Unidas, que sea regular, que sea ordenada. Eso es lo que nos hace falta. En Chile hay comunidades inmigrantes de origen venezolano, que están aportando a distintos sectores de la economía. Tenemos trabajadores bolivianos en el norte. Son personas que han sido acogidas y que son respetadas por las comunidades de acogida”.
“Pero hay también ese elemento irregular que en la percepción pública se ha visto asociada a fenómenos nuevos de criminalidad que no existían antiguamente en Chile. Creo que todos los países tienen una capacidad limitada en términos de absorción de inmigración y me temo que en Chile esa capacidad está agotada”, dijo.
