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Fiscalía de Arica sale a cazar al máximo líder del Tren de Aragua en Chile PAÍS

Fiscalía de Arica sale a cazar al máximo líder del Tren de Aragua en Chile

Carlos Basso Prieto
Por : Carlos Basso Prieto Unidad de Investigación de El Mostrador
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Ministerio Público formalizó en ausencia y solicitó que se inicie un proceso de extradición en contra de quien aparece como el principal responsable de “Los Gallegos de Caracas”, nombre que utiliza la facción ariqueña de la organización criminal forjada a interior del penal de Tocorón, en Venezuela. Se trata de Félix Anner Castillo Rondón, más conocido como “Arnel”, responsable de asociación ilícita para el narcotráfico, homicidio, tráfico de armas y trata de personas.


Solo unos pocos escogidos se le podían acercar o incluso hablar, no solo porque estuviera prohibido, sino también porque su figura inspiraba un respeto rayano en el temor. A diferencia de sus subordinados, que por lo general vivían hacinados en cités o mediaguas instaladas en tomas de terrenos, él residía en Arica en un departamento con vista al mar, cerca de la playa, aunque, como sucede con personalidades muy importantes, lo cambiaban constantemente de domicilio, a fin de que la policía no lo encontrara. 

También, a diferencia de sus acólitos, contaba con un elegante Mazda Atenza azul para su uso exclusivo –como si fuera el gerente de cualquier gran empresa– y tampoco se ensuciaba las manos, pues daba las instrucciones destinadas a la comisión de distintos delitos y eran otros quienes las ejecutaban.

Se trata de Félix Anner Castillo Rondón, más conocido como “Arnel”, quien ayer fue formalizado en ausencia en el Juzgado de Garantía de Arica, donde el Ministerio Público lo acusó de una serie de delitos, entre ellos, asociación ilícita para el narcotráfico, homicidio, tráfico de armas y trata de personas, siendo sindicado como el máximo líder de la facción del Tren de Aragua conocida como “Los Gallegos de Caracas”, que desde hace dos años se tomó el sector del cerro Chuño de Arica.

Junto con su formalización, la Fiscalía pidió al Juzgado de Garantía que oficie a la Corte de Apelaciones de esa ciudad a fin de que se inicie un proceso de extradición respecto de él, dado que –de acuerdo con lo que pudo establecer la Policía de Investigaciones– actualmente se encontraría en Tacna, aunque también hay antecedentes según los cuales habría regresado a Venezuela. Si bien la Defensoría Penal Pública se opuso a ello, el Tribunal de Garantía accedió a la petición.

El líder

Según fuentes cercanas al caso, “Arnel” era una especie de ejecutivo, un sujeto carismático que llevaba en apariencia una vida tranquila y ordenada, tanto en la playa ariqueña como en otra de las viviendas en la que se quedaba habitualmente (en el sector de La Cantera, en el norte de la ciudad). 

Si la identidad que ha usado en Chile y en Perú –donde incluso obtuvo un documento de identidad– es cierta, se trata de alguien que, en primera instancia, tiene una hoja de antecedentes inmaculada, pues no posee antecedentes penales previos en ninguno de los dos países antes mencionados, como tampoco en Venezuela.

De acuerdo con los antecedentes recopilados por la Fiscalía, de cuando en cuando “Arnel” llegaba al cerro Chuño con el objetivo de supervisar las operaciones, ocasiones en las cuales, además de emitir instrucciones, compartía con sus subordinados, como cuando hicieron una fiesta para celebrar la toma total del control del sector, una vez que expulsaron a todos los narcotraficantes chilenos y colombianos que antes había allí, lo que la Fiscalía define como el momento en que alcanzaron “el monopolio delictual” de dicha zona.

No obstante, Castillo mantenía en todo momento la sobriedad en sus formas, entre otras cosas porque, a diferencia de los “soldados” del grupo, tiene casi 40 años, mientras que la mayoría de los miembros del grupo son personas de entre 20 y 23 años. 

De hecho, además de “Arnel”, también le decían “Pure”, denominación usada por la juventud en Venezuela para referirse a alguien de más edad. 

Esa madurez se refleja también en sus redes sociales, en las cuales, a diferencia de lo que habitualmente sucede en las de los miembros más jóvenes del Tren de Aragua, no se aprecian imágenes de drogas o armas, sino que hay muchas fotos de perfil de él en lugares turísticos, así como fotos de su familia y, especialmente, de su hija. 

Todo ello, por cierto, contrasta violentamente con las acusaciones que le formula la Fiscalía, según la cual existen antecedentes que indican que a él se daba cuenta de todo el dinero que se recaudaba, de todas las extorsiones que se realizaban y de los asesinatos que se cometían. 

El ascenso al tope

Nacido en Aragua (Venezuela), “Arnel” se estableció hacia 2021 en Tacna junto a otros dos venezolanos, conocidos por los apodos de “Andair” y “Anderson”. El primero de ellos era inicialmente el líder de “Los Gallegos de Caracas”.

“Arnel” era el segundo y estaba al principio encargado de la logística, las drogas y las armas. Sin embargo, algo sucedió y “Arnel” pasó a la cabeza y dejó a trasmano a “Andair”. 

Se estima que Castillo huyó a pie a Tacna hacia el 17 o 18 de junio del año pasado, luego del primer operativo efectuado por la PDI y la Fiscalía en contra de “Los Gallegos”. Desde allí continuó regentando el grupo, enviando nuevos soldados y “jefes de plaza” –como se denomina a quienes están a cargo de las drogas, la prostitución o las armas en cada ciudad–, además de supervisando las operaciones.

Según la Fiscalía, su ubicación al tope de las actividades del grupo se confirma, además, por la existencia de informaciones que indican que “Arnel” se reportaba con uno de los lugartenientes de Héctor “Niño” Guerrero, el fundador del Tren de Aragua, quien maneja dicha organización desde el penal de Tocorón, en Venezuela.

Una empresa exitosa

Actualmente, según indican fuentes policiales, existe una suerte de federación de grupos mafiosos que operan en Chile bajo el paraguas del Tren de Aragua. Aunque manteniendo distintos nombres, actúan en forma compartimentada y en territorios determinados: “Los Gallegos de Caracas” dominan Arica, mientras que en Iquique actúa el Tren de Aragua “original”, que a veces usa el nombre de “La Mafia del Norte”. 

En Santiago, además de este grupo, también operan “Los Orientales” y “Los Valencianos”, en tanto que más al sur, desde Concepción a Puerto Montt, campea a sus anchas “El Tren del Desastre”, al cual pertenecía la mayoría de los individuos que hoy están imputados por el homicidio del suboficial mayor de Carabineros Daniel Palma, incluyendo al prófugo Carlos Cortez, quien usa el seudónimo de “Carlitos Nike”, por la obsesión que tiene con las zapatillas de dicha marca.

Así entendido, el Tren de Aragua es probablemente la empresa criminal transnacional más exitosa de los últimos años en América Latina, región donde posee operaciones en prácticamente todos los países que la componen (a excepción de Argentina), aunque el eje de sus actuaciones fuera de Venezuela es la costa pacífica de Latinoamérica: Colombia, Ecuador, Perú y Chile, que son los países por los cuales se ha desperdigado en mayor número el incesante torrente de migrantes que huyen del chavismo.

Son precisamente ellos las víctimas predilectas del Tren de Aragua, una organización depredadora cuyo principal giro de negocios es la trata de personas con fines de explotación sexual y el tráfico de migrantes, a lo que suman cualquier otra actividad ilegal en que puedan incursionar: tráfico de drogas, de armas, sicariato, extorsión, secuestro, robo y, además, la “administración” de cités y mediaguas en el centro y la periferia de muchas ciudades, como sucede, por ejemplo, en distintos barrios de Santiago y Estación Central, en la Región Metropolitana.

Dentro de todos los países antes mencionados, Chile ha resultado ser –de acuerdo con fuentes policiales y del Ministerio Público– el más atractivo para el Tren de Aragua, por tres factores esenciales: su estabilidad macroeconómica, el relativamente estable precio del dólar (moneda en la cual realizan casi todas sus transacciones) y la inexistencia de bandas que sean capaces de rivalizar con ellos.

El culto a la muerte

A falta de rivales a la altura, bastan y sobran los disensos entre las distintas facciones, pues los enfrentamientos entre ellas han dejado una gran estela de muertes. Además de los crímenes que han cometido en contra de víctimas inocentes –como los tres venezolanos secuestrados, cuyos cuerpos sin vida fueron encontrados recientemente en un canal de regadío, en la Ruta 68–, solo en la Región Metropolitana van a lo menos 15 homicidios que han tenido como víctimas y victimarios a miembros de distintas facciones, crímenes que se han originado en diferencias por dinero o por territorio. El más reciente de dichos hechos fue el ocurrido en Batuco (Lampa), donde cinco venezolanos, pertenecientes a dos facciones rivales, resultaron muertos en un tiroteo. 

En Arica, hasta la fecha, van a lo menos seis muertos de “Los Gallegos”, aunque se estima que pueden llegar a ser cerca de 20. 

La primera víctima de la banda en esta última ciudad se produjo en abril de 2022, cuando dos miembros del grupo se enfrentaron a tiros con varios colombianos, ocasión en la cual se percutaron más de 200 balazos, resultando fallecido un chileno que esperaba locomoción. 

En mayo de ese año, en tanto, otro chileno resultó muerto también como víctima colateral, cuando cuatro sujetos atacaron a un venezolano afuera de su casa, asesinándolo. Dos de las balas impactaron en contra del chofer de un colectivo, quien murió algunas horas más tarde en el hospital.

Justamente por este caso fue formalizado “Arnel”, pues, de acuerdo con la investigación de la PDI de Arica, él no solo dio la orden de asesinar a su compatriota –debido a que supuestamente se habría quedado con droga–, sino que además fue quien lo llamó a su domicilio, pidiéndole que saliera hacia la calle, donde lo esperaban los sicarios que lo ultimaron.

Hasta la fecha, las rivalidades internas han dejado a lo menos otros tres muertos en Arica, todos los cuales fueron torturados y luego sepultados vivos, pereciendo por asfixia. Los últimos dos cadáveres, que fueron hallados hace dos semanas, estaban a un metro y medio de profundidad, debajo de una losa de 20 cms. de grosor. Tras sepultarlos, les lanzaron pintura encima, con el fin de evitar que despidieran olor.

En otra audiencia también realizada ayer, la Fiscalía de Arica imputó por estos hechos a varios sujetos que actualmente están acusados por otros delitos y que se encuentran internos en distintos penales del país.

El Fiscal Regional, Mario Carrera Guerrero, indicó que “respecto de los homicidios de este año, han disminuido a la mitad, comparado con la misma fecha del 2022, y nuestra tesis es que esta baja considerable se debe a que la mayoría de los imputados de ‘Los Gallegos’ están privados de libertad y que precisamente esta agrupación fue la responsable de gran parte de los crímenes del año anterior”.

La conexión chilena

“Los Gallegos de Caracas” llevaban una contabilidad extremadamente escrupulosa, gracias a lo cual se sabe que solo en los primeros meses de 2022 sus ganancias fueron del orden de los 600 millones de pesos, dinero que tenía como destino final “La causa”, como llaman a las cuentas del grupo en Venezuela. En tres operativos realizados por la PDI de Arica, se les han incautado 15 cuadernos o libros de contabilidad y en ellos queda en evidencia el dinero que se enviaba a “Arnel”. Pero no solo eso. 

Como si fuera una empresa cualquiera, también figuran los viáticos que recibían los “soldados”, los gastos en locomoción, los préstamos en dinero que se facilitaba a los miembros del grupo, los dineros gastados en los “trocheros” que internaban a las mujeres por la frontera e, incluso, lo que ellos a su vez mandaban a Tacna; es decir, a “Arnel”, que a su vez lo reenviaba a Venezuela. 

También había conceptos como “gastos todos nosotros”, acompañado de la cifra “300” (que se supone corresponde a 300 mil pesos), así como “comida de toda la semana”, “gas” y otros. 

No es lo único. Los libros contables también dejan en evidencia que el grupo sigue entregando dinero para las mujeres “de los panas presos”, como lo hace cualquier mafia que se precie de tal. Uno de los gastos consigna lo que se ocupó en pagar un hotel para que la pareja de uno de los líderes del grupo (Mervin Fagúndez) lo visitara, dado que fue inicialmente internado en la cárcel de La Serena, luego de ser detenido en octubre del año pasado. 

En una anotación también consta que le cancelaron gastos hospitalarios a otra mujer. De hecho, una de las mujeres más importantes de la organización, conocida como “La China”, fue designada como una suerte de enlace entre el grupo y las parejas de todos quienes fueron cayendo en los tres operativos efectuados desde junio del año pasado a la fecha.

Del mismo modo, se consignan los dineros entregados a distintos “betas” –como denominan a los ayudistas, la mayoría de ellos chilenos– y también a los “turnos” que efectuaban, los que consistían en turnos de venta de drogas, de supervisión de personas secuestradas o de vigilancia.

Los registros contables igualmente especifican las “multas” –como llaman al dinero que cobran semanalmente a las mujeres a las que explotan sexualmente– que les debe cada víctima de trata de personas, los cobros por venta de “Loro malo” –como llaman a la pasta base de cocaína–, lo correspondiente a otras drogas y mucho más.

Por cierto, aunque se tratara de un grupo originario de Venezuela, no despreciaban hacer “negocios” con chilenos y en este momento hay varios connacionales entre los más de 50 imputados que deberían ser llevados a un megajuicio en Arica hacia el último semestre del año.

Entre ellos destacan dos. Uno es un empresario nocturno de la ciudad, Javier González Gutiérrez, a quien la Fiscalía acusa de haber hecho un trato con “los Gallegos”, por medio del cual estos podían usar los dos locales nocturnos de su propiedad –llamados “Hollywood” e “Ibiza”– para llevar a las mujeres a las que explotaban sexualmente y captar clientes. En su poder se encontraron 20 mil dólares en moneda americana, dinero que la policía cree que era un pago que debía llegar a “Arnel”.

El otro nexo chileno que sobresale es el del excarabinero Sebastián González Castillo, quien está acusado de ser quien proveía vehículos y armas a “Los Gallegos”. Según se indicó en la audiencia de ayer, el vínculo nació como consecuencia de que el exuniformado terminó convirtiéndose en pareja de una de las mujeres que eran explotadas sexualmente por la organización, por lo cual pagó la “Vacuna” que todas las mujeres que son traficadas a Chile deben cancelar (entre 3.5 a 4 millones de pesos), como pago por los servicios de “traslado” desde Venezuela, luego de lo cual comenzó a hacer negocios con quienes originalmente eran los captores de la mujer con la que se involucró sentimentalmente.

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