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A feminizar la ginecología BRAGA

A feminizar la ginecología

Andrea Von Hoveling
Por : Andrea Von Hoveling Miembro de la Agrupación Ginecólogas Chile
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Se necesita redefinir la ginecología para descargarla de su concepción reduccionista y masculina. La mujer durante muchos años fue diagnosticada con “histeria”, dejando de lado toda la sintomatología femenina.


A feminizar la ginecología, porque es masculina. Probablemente, la afirmación genere risa o desacuerdo, pero basta intentar tomar hora con una especialista para darnos cuenta de que hay pocas mujeres a cargo de la salud… de las mujeres.

Nuestros cuerpos están llenos de nombres masculinos: trompas de Falopio, corpúsculos de Morgagni, glándulas de Bartholino; órganos exclusivos de cuerpos femeninos… con nombres de anatomistas hombres.

La medicina misma es, desde sus orígenes, masculina: los primeros atlas de anatomía, los primeros tratados médicos: pacientes de sexo masculino. El arribo de la mujer se debe principalmente a su capacidad reproductiva… y para la reproducción se necesitaba al hombre. La mujer que está fuera de su edad reproductiva, es decir, durante la infancia y después de la menopausia, no fue del interés de la ginecología hasta épocas muy recientes.

La mujer enferma o contrariada fue, por muchos años, diagnosticada con “histeria”, dolencia que consistía en que el (misterioso e inexpungable) útero (“híster”) se alojaba en distintas partes del cuerpo y producía diversidad de inconvenientes. Y es que no había capacidad (o interés) suficiente para explicarse la sintomatología femenina… Si bien la histeria fue desechada como diagnóstico válido hace largo tiempo, se sigue utilizando frecuentemente como insulto. El útero, aún, al centro de la discordia.

La definición de ginecología varía según donde se busque: “Ciencia que diagnostica y cura enfermedades del tracto genital femenino”, dicen las más reduccionistas. Ojalá pudiéramos acercarnos más al origen etimológico de la palabra, el cual estaría originado en las palabras griegas “estudio” y “mujer”, asumiendo que somos tanto más que nuestros órganos reproductores… Y, siendo más ambiciosa aún en este marzo del 2024, sueño con que algún día se defina mi especialidad como la ciencia y el arte de acompañar a la mujer en los distintos momentos de su ciclo vital.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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