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Opinión: el peor equipo de Sampaoli

Opinión: el peor equipo de Sampaoli

Julio Salviat
Por : Julio Salviat Profesor de Redacción Periodística de la U. Andrés Bello y Premio Nacional de Periodismo deportivo.
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Chile enfrentará a Brasil con el plantel menos jerarquizado en toda la era Sampaoli. El director técnico tendrá muchas dificultades para explicar por qué nominó a jugadores que son eternos suplentes en sus clubes. Lo de Matías Fernández y David Pizarro merece párrafo aparte.


Siempre ha sido difícil meterse en la mente de los entrenadores. Cuando uno espera una cosa, se deciden por otra. Cuando todo hace pensar que buscarán por un lado, lo hacen por el opuesto.

Sucede eso también con Jorge Sampaoli: cuando todos le pedían que pusiera a Jorge Valdivia en el partido mundialista con Brasil, lo dejó en la banca y ni siquiera lo utilizó en los minutos finales, a pesar de que estaba clarito que era el único capaz de desequilibrar el duelo; cuando Mauricio Pinilla no figuraba ni en las tiras cómicas, aparecía en la lista y lo volvía a probar; cuando Arturo Vidal era poco menos que un inválido, lo hizo jugar un Mundial; cuando Gary Medel apenas podía caminar en el partido con Brasil, prolongó su tortura y no lo reemplazó.

Con las nominaciones también causa gestos y expresiones de sorpresa. A veces, por actitudes de los futbolistas; a veces, por represalias propias. Pero hay otros motivos: por bien que estén jugando algunos en el torneo local, sus posibilidades de aparecer en sus listas son mínimas. Y, al revés, por mucho que estén mirando de lejos los partidos de sus equipos, a varios les basta con jugar en el extranjero para ser nominados.

En rigor, los “foráneos” que hoy merecían ser nominados a la Selección de acuerdo a sus rendimientos son, apenas, cuatro: Gary Medel, Alexis Sánchez, Claudio Bravo y Fabián Orellana. Son los únicos que han tenido condición de titulares en los equipos que defienden y acumulan, en ese orden, un millar de minutos cada uno. El segundo lugar de este escalafón lo ocupa Igor Lichnowski, también nominado, pero todos saben que se desempeña en un medio notoriamente inferior: la filial del Porto.

Pero, si le preguntaran, le sería difícil a Sampaoli explicar por qué figuran Mauricio Isla (599 minutos en la temporada).Eugenio Mena (540), Charles Aránguiz (436), Eduardo Vargas (382), Pedro Hernández (315), Gonzalo Jara (253) y José Pedro Fuenzalida (152). Y tendría que ponerse colorado si le consultan por qué nominó a Jorge Valdivia, que no juega desde comienzos de diciembre y figura con cero minutos en la temporada.

Algo le debería costar también explicar qué hacen ahí Matías Fernández y David Pizarro. Hace un mes, el Mati cumplía una campaña aceptable en la Fiorentina. En las últimas semanas ha sido un desastre y ya perdió la titularidad. Tal vez, como todo el mundo, el estratego está esperando el despertar de un talentoso al que Europa le hizo muy mal. En los partidos recientes ha sido un zombie que no sabe si sumarse a su ataque o colaborar con su defensa y, al final, toca tres veces la pelota en un partido. En el último encuentro no fue considerado.

David Pizarro, compañero de Fernández en la Fiorentina, venía repuntando en su juego. También pasó un tiempo mirando los partidos sentado, pero cuando le entregaron camiseta lo hizo bien: despierto y trajinador, se convirtió en el creativo que el equipo necesitaba. Sin embargo, a mitad de la semana pasada hizo un esfuerzo superior y frenó su carrera para tocarse el muslo. Había sufrido el típico pinchazo que precede al desgarro. Fue sustituido y no actuó en la fecha reciente.

Por lo tanto, Fernández no está a nivel de seleccionado y Pizarro no está en condiciones de actuar. Si se hiciera una encuesta entre los entrenadores, seguramente la mayoría no los hubiera nominado.

La Selección Chilena necesita a sus talentos. Por eso se recurre a Valdivia, Pizarro y Fernández. Pero, si no están jugando, ¿para qué sirven?
Jaime Valdés puede cumplir el rol de Valdivia; Eric Pulgar, el de Pizarro, y Gonzalo Espinoza -si se aplica-, el de Fernández. No lo harán tan bien como ellos en su mejor momento, pero no serán muy inferiores de acuerdo a los niveles que aquellos muestran.

El problema es que al frente estará Brasil. Un Brasil con técnico nuevo y ansias de rehabilitación. Y con eso se encontrará el peor equipo chileno de la era Sampaoli. La defensa no da garantías, el mediocampo no cuenta con jugadores talentosos y el ataque no concreta: se le acabó la racha de Alexis Sánchez (4 goles este año), Eduardo Vargas no anota desde el año pasado, Orellana anda en sus marcas (3) y Pedro Hernández no convierte desde hace cinco meses. Así, no se puede decir otra cosa: “Que Dios nos pille confesados”.

Definitivo: si la Roja obtiene un resultado digno o magnífico el 29 de marzo en el estadio del Arsenal inglés, será por mérito del sistema de juego o por la fortuna, más que por el nivel de los jugadores.

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