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Chile-Perú: un duelo para sacar chispas Este lunes, el país entero se paraliza:

Chile-Perú: un duelo para sacar chispas

Las estadísticas, esta vez, son favorables a la Roja. Pero cuidado, que los números y el haberle ganado a un discretito Uruguay no aseguran nada. Al frente estará un equipo que posee figuras de fuste y que, además, juega bien al fútbol.


Así como en la previa del Chile-Uruguay decíamos que los números y la historia se nos ponían en contra, en la víspera del choque frente a Perú, por una de las semifinales de la Copa América, las estadísticas, en un claro contraste, nos sonríen generosamente. Es decir, son ampliamente favorables a la Roja en el total, y aunque en Copa América existe un equilibrio mucho más evidente, en el fragor de una lucha que ha merecido la denominación de “Clásico del Pacífico”, el rótulo es lo menos importante a la hora de un nuevo enfrentamiento del fútbol de ambos países.

Y remarcamos aquello del “fútbol” para de partida separar aguas con los tontitos que creen ver en estos partidos una continuación de la “Guerra del Pacífico”, otro capítulo más del juicio en La Haya o la prolongación del conflicto por ese pequeñísimo triángulo terrestre que, de tierra de nadie, pasó a ser reclamado por el gobierno de un Ollanta Humala que cree mantener en alto el apoyo del pueblo peruano mientras exista algún conflicto pendiente con Chile.

Esto, lo del lunes, no pasa de ser un partido de fútbol. Trascendente e importante, por cierto, pero sólo en el ámbito del fútbol. Porque ni el pueblo peruano, ni nosotros como pueblo, vamos a ver solucionados nuestros agudos problemas de subsistencia por una victoria deportiva destinada, al fin de cuentas, sólo a alimentar una estadística o, en el mejor de los casos, a proporcionar una alegría efímera.

Entre partidos por clasificatorias para Mundiales, Copa América, Copa del Pacífico y amistosos, Chile y Perú se han enfrentado en 76 oportunidades. En esos enfrentamientos, la Roja puede exhibir 41 triunfos, 14 empates y 21 derrotas. Ha anotado 122 goles y ha recibido 96.

En lo que respeta a confrontaciones por Copa América, como ya adelantábamos, Chile sigue prevaleciendo, pero por mucho menor margen. Hasta ahora, chilenos y peruanos se han visto las caras en 19 oportunidades, de las cuales la Roja se ha impuesto en siete, contra seis del cuadro incaico e igual número de empates.

Otro dato interesante, para aquellos que gustan de reafirmar su fe en la historia: Perú sólo ha ganado dos veces en Santiago, siendo la última en 1985, cuando el cuadro del Rímac se impuso por 2 a 1. La anterior (2-4), databa de 1954.

¿Valen estos números? Para nada. Cada partido es una historia diferente y las estadísticas sirven apenas como referencia. Si fuera por eso, la Roja no habría tenido ni que presentarse frente a los uruguayos por la fase de cuartos, y ya todos sabemos lo que pasó: que Chile le ganó jugando fútbol a una “Celeste” timorata y poquita cosa y que, descontrolada por una derrota que no entraba en sus cálculos, buscó en los pretextos la exclusiva explicación para un inesperado y doloroso contraste.

Como pocas veces, además, Chile y Perú llegan a este partido en tan manifiesto equilibrio futbolístico. Porque mientras la Roja se ubicó en semifinales desplegando quizás si el mejor juego que se ha visto en este campeonato, la Selección peruana ha ido subiendo paulatinamente su nivel futbolístico y cuenta –además- con jugadores hábiles y bien dotados técnicamente, con capacidad de sobra para hacerle pasar un mal rato a cualquiera.

Que lo desmienta Brasil, que sólo pudo doblegar a Perú agónicamente y cuando todavía se pensaba que su mejor jugador –Neymar- iba destinado a discutirle palmo a palmo a Messi el título de estrella excluyente de esta Copa América.

Que lo diga Colombia, que quedó colgando de un hilo tras una paridad sin goles que Perú sacó adelante sin mezquinar para nada su opción ofensiva. Dicho claramente, les cerró todos los caminos a los dirigidos por Peckerman, pero sin renunciar ni por un momento a ganar el partido.

Para fortuna peruana, además, frente a Bolivia apareció en todo su esplendor Paolo Guerrero, uno de los denominados “Los 4 fantásticos” por la prensa limeña, en alusión al ahora jugador del Flamengo, a Jefferson Farfán, Juan Manuel Vargas y Claudio Pizarro.

Guerrero, goleador de la Copa América anterior, Argentina 2011, y que hasta aquí no se había hecho presente en las redes, se bastó con un partido para anotar ante Bolivia un triplete que le allanó a su cuadro el paso a semifinales y, de paso, igualar el registro de Arturo Vidal, hasta este encuentro goleador exclusivo del campeonato.

Pero cuidado, que Perú no es sólo esos “cuatro fantásticos”. Su lateral derecho, Advíncula, es buenísimo patrullando la banda derecha y claro factor ofensivo con su llegada y sus desbordes. Los centrales, Zambrano y Ascues, son sólidos en la marca y ningunos negados cuando se trata de manejar la pelota. Ascues, nacido venezolano, pero peruano por adopción, es de los que intenta siempre salir jugando y no duda en eludir delanteros rivales con tal de entregar un balón limpio y desprovisto de conflicto.

Este lunes, además, podrán regresar al equipo los dos volantes defensivos que, por acumulación de tarjetas amarillas, frente a Bolivia no pudieron estar: Ballón y Lobatón, lo que sin duda constituye todo un alivio para Ricardo Gareca, el técnico argentino del cuadro peruano.

Ofensivamente, por último, Perú es bastante más que la conjunción de tres cracks como Farfán, Guerrero y Pizarro. Porque este último, de dilatada trayectoria, al parecer ya no está para aguantar el trajín de 90 minutos, sólo que como alternativa está Andrés Carrillo, un delantero que juega por el Sporting de Lisboa y que no desmerece ante los grandes delanteros peruanos de la historia. Y, por último, en los registros también aparece Cristián Cueva, que tuvo un fugaz paso por el fútbol chileno defendiendo la camiseta de Unión Española y que se ha revelado como una de las buenas figuras de este campeonato que entra ya en su fase decisiva.

Como se ve, los dirigidos de Sampaoli no la tendrán nada de fácil si quieren llegar a una nueva final de Copa América después de 28 años. Y el peor error que podrían cometer sería pensar que, tras dejar en el camino a Uruguay, Perú es “pan comido”.

Nuestro fútbol, con limitaciones que hasta podrían considerarse endémicas, y analizadas hasta el hartazgo, sólo puede tener posibilidades de éxito en la medida que cada partido se asuma como el más difícil que se ha debido afrontar en todos los tiempos, es decir, con el máximo de entrega y aplicación.

De que somos hijos del rigor, por suerte, lo tiene claro Sampaoli, que previo al encuentro de este lunes, contra Perú, seguramente mostrará un discurso en consecuencia.

A jugar, entonces, con la cabeza fría y el músculo caliente. Con la velocidad que no provoque, en lo posible, esa imprecisión hija de la ansiedad que ha mostrado este equipo como limitante. Con personalidad, pero también con la inteligencia para saber que, aquellos que sacan patente de vivos en una cancha, estarán luego siempre expuestos a quedar como giles si se creen el cuento.

Nos referimos específicamente a Jara, aunque el sayo le puede caer a cualquier otro que se pase de revoluciones. Como el “Mago” Valdivia, porque a veces reclama en exceso y, como cualquier talentoso, cuando pega, la falta la ven hasta en Arica o Punta Arenas. Como Medel, un jugadorazo al que, desgraciadamente, a veces lo traiciona su temperamento.

Como cualquier otro que, equivocadamente, piense que la picardía o la trampa son preferibles al buen juego.

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