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Opinión: uno contra uno, Chile le gana a Argentina

Opinión: uno contra uno, Chile le gana a Argentina

Julio Salviat
Por : Julio Salviat Profesor de Redacción Periodística de la U. Andrés Bello y Premio Nacional de Periodismo deportivo.
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Si comparamos la calidad de cada jugador en cada puesto, asoma una ligera ventaja a favor de la Roja. El problema se presenta a la hora de los cambios.


Ya se supo casi todo. Sólo falta conocer el detalle más importante: quién será el campeón.

Después de la goleada a Bolivia abundaban las fichas a favor de Chile. Terminado el partido en Concepción, se encaminaron a favor de Argentina.

Está difícil el pronóstico, porque no se sabe si la Roja será el mismo equipo que provocó los mejores elogios y exhibió los mejores números o el que dejó tantas dudas en el encuentro con Perú. Y tampoco se sabe si los albicelestes serán los que arrasaron con los paraguayos o serán los paliduchos que ganaron por un gol a Jamaica.

El último antecedente siempre pesa más. Y con esa visión es inevitable pensar que las posibilidades mayores favorecen al equipo que dirige Gerardo Martino. La contundencia exhibida en la semifinal, el despertar de Lionel Messi, la capacidad goleadora de Sergio Agüero, el juego elegante (y ahora efectivo) de Javier Pastore, más el despliegue notable de Ángel Di María despiertan sensaciones de admiración y –en este caso- de angustia.

La pregunta es cómo contrarrestar tanto poderío. Y la respuesta tiene que tener desvelado a Sampaoli.

No está todo perdido, sin embargo.

Nunca le ganó Chile a Argentina jugando por Copa América. Es cierto, pero tampoco le había ganado alguna vez en clasificatorias mundialistas y, Bielsa y Fabián Orellana mediante, logró la victoria cuando buscaban pasajes a Sudáfrica.

La fórmula de esa vez fue una presión sostenida en todos los sectores. Messi quedó aislado y no tuvo posibilidades de mostrar su genio: cuando recibía la pelota ya había dos o tres cercándolo e impidiéndole el paso. Al técnico trasandino le pareció esa noche que Chile estaba jugando con 15 contra 11.

Chile tiene sus cositas, además. Si dejan dormir un par de días a Alexis Sánchez para que se desintoxique un poco de la carga física que arrastra, su talento puede reaparecer. Y en ese caso es difícil que la defensa argentina resista: el Joven Maravilla y Edu Vargas garantizan goles cuando están en su mejor forma, sean quienes sean los que están al frente. Y esta vez los que les mirarán la cara y les buscarán las

piernas han demostrado fisuras impropias de un equipo subcampeón mundial.

Claudio Bravo es mejor que Sergio Romero. Mauricio Isla está mejor que Pablo Zabaleta. Gary Medel es más defensor que Nicolás Otamendi.

Vamos ganando tres-cero.

Descuentan Ezequiel Garay (o Martín Demichelis) en la comparación con José Rojas o Miiko Albornoz, y Marcos Rojo ha jugado mejor que

Eugenio Mena y Jean Beausejour.

Estamos 3-2.

Arturo Vidal tiene más fortaleza y mejor remate que Javier Pastore, Marcelo Díaz no llega a las alturas de Javier Mascherano , y Charles

Aránguiz supera en quite y entrega Lucas Biglia.

Quedamos 5/3.

Lionel Messi tiene más influencia que Jorge Valdivia, el Kun Agüero es más fuerte en el área que Eduardo Vargas, y Alexis Sánchez en su mejor nivel le da cancha, tiro y lado a Ángel Di María.

Ganamos 6-5, entonces.

No hay de qué preocuparte, por lo tanto.

Pero hay un problemita: a la hora de los cambios nos dan una paliza.

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