Quiso transmitirle su apoyo al primer ministro ruso, Vladimir Putin, extendiéndole la mano con la que, en una inusual campaña, le había tocó los senos a mil mujeres, en su mayoría jóvenes.
Debieron pasar varias semanas antes que Sam Nickel lograra su cometido, que quedó registrado en un video de 20 minutos que ya suma más de 1.600.000 visitas.
El propio impulsor de la iniciativa, que se basa en la premisa de “transmitir experiencias” de mano en mano, reconoció que no más del 20 por ciento de las “entrevistadas” dio su consentimiento a la petición, y que fueron por lo menos cinco mil las que derechamente se rehusaron.
Algunas le sonreían, otras miraban desentendidas hacia otro lado, hacían una morisqueta o le devolvían el gesto con un abrazo o con una mirada pícara; otras en cambio, pese a haber dado un “sí”, no dudaron en replicar con una cachetada.
“Fue un trabajo arduo”, se quejó Nickel, recordando que en sus peores días, logró que sólo 13 jóvenes le permitieran seguir sumando senos a su táctil campaña.
