Cuatro días después del tiroteo de San Bernardino, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha dirigido a los estadounidenses para tranquilizar al país sobre su estrategia antiterrorista. Mientras el FBI investiga si el hecho fue a ciencia cierta cometido por ISIS, Obama ha reconocido que la amenaza es real y ha insistido en que Estados Unidos derrotará al grupo Estado Islámico.