Quizá sean los genes, pero los rusos siempre nos sorprenden con estos hechos. El 18 de enero en la ciudad rusa de Yaroslavl, una mujer cruzaba la calle durante una fría mañana rusa, cuando un auto la impactó de lleno, empujándola varios metros. Sin embargo, la mujer se levantó, recogió sus bolsas de compras y siguió caminando como si nada pasara.