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En el año 2000 se supo que existía la posibilidad de que un terremoto devastador golpeara la costa del Pacífico noroccidental, donde se sitúa una falla submarina conocida como la zona de subducción de Cascadia.
El pequeño pueblo de Joyce, en el estado de Washington, tiene un plan de contingencia en caso de que algo así ocurra.
Es una amenaza que une a los vecinos, que tienen un plan de abastecimiento y refugios preparados.
Los científicos determinaron que la falla de Cascadia ha provocado sismos de más de 9 grados con intervalos de 500 y 200 años. Hace 300 años fue el último.
Pero los expertos también señalan que el cálculo de los intervalos no es un ciencia exacta.
