Generalmente estos maltratos sistematizados se realizan en “puntos ciegos”, que son lugares donde las cámaras de vigilancia no tienen alcance, señaló el director ejecutivo del Observatorio social penitenciario.
El domingo 30 de septiembre en el complejo penitenciario de Valparaíso en el sector rematados, se produjo una riña entre internos, lo que terminó con una brutal golpiza por parte de gendarmería a varios internos.
Formalmente el protocolo que debe aplicar gendarmería ante estas riñas, es reducir primero a las personas que se encuentran participando en la riña, para luego reducir a todo el módulo y buscar algún tipo de arma blanca que puedan tener los o las internas. Además, los privados de libertad deben sentarse en el suelo agolpados hacia un muro, con las piernas abiertas y las manos en la nuca, uno detrás de otro, como lo pueden observar claramente en el video que devela el Observatorio social penitenciario.
Galo Muñoz Veloso, director ejecutivo de esta organización que reúne a diversas organizaciones regionales, manifestó que vela por la supervigilancia penitenciaria en post de la dignidad de las personas privadas de libertad y que subieron a las redes este video, para denunciar este tipo de procedimientos inhumanos y sistemáticos.
Muñoz declaró que en este módulo del Complejo penitenciario de Valparaíso, se encuentran internos de mediano y alto compromiso delictual, aproximadamente habitan más de 300 personas, para un módulo que debería ser constituido por no más de 180 personas. La sobrepoblación y las pésimas condiciones carcelarias hacen más permeable a las riñas.
Por otra parte, comentó que en este procedimiento por riña uno de los internos intentó golpear a un funcionario de gendarmería, esto según lo que dicen los propios gendarmes de la cárcel de Valparaíso. Sin embargo, según las imágenes captadas no se demuestra dicha versión. «La verdad es que gendarmes comienzan azarosamente a dar golpes de patadas , palos e insultos de grueso calibre a algunos internos. Jurídicamente esto es un trato cruel inhumano y degradante, y posiblemente podría calificarse como delito de tortura», finalizó.
A propósito de lo habitual de estas prácticas, Muñoz dijo que existe una frecuencia: «Siempre pasa y siempre va a pasar debido a la crisis carcelaria que se vive por décadas en Chile. Y esta violencia desmedida e inhumana es independiente de que existan riñas, a veces los golpes son sin motivo alguno».
