El cantante puertorriqueño finalmente debutó en el escenario más grande del país, tocando todos sus éxitos ante el delirio de sus fanáticos. Mientras daba inicio a «Amorfoda», canción que habla del desamor y despecho, el puertorriqueño se la dedicó a Chimuelo, la popular catita que tuvo un emotivo y problemático funeral.