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Tras renuncia de Aristide, fuerza internacional se apronta a ordenar Haití

Pese a que actualmente el presidente de la Corte Suprema tomó el mando interino del país, no hay claridad respecto al futuro político de la nación. Aunque la oposición logró unirse en contra de Jean Bertrand Aristide, la interrogante se sitúa en su eventual acuerdo para administrar un país en crisis.


El Presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, no logró resistir la presión. Tras dos meses de crecientes protestas de la oposición y solicitudes internacionales para que dejara su cargo, en la madrugada de ayer escapó en un jet blanco sin destino conocido, pero dejando una carta en donde aseguraba que renunciaba para «evitar un derramamiento de sangre». El presidente de la Corte Suprema, Boniface Alexandre, asumió el mando interino de la nación, pero la miradas están situadas en una fuerza internacional de paz que llegará a ordenar el caos aún reinante.

Durante la semana debería llegar la misión internacional, que en principio estará conformada por Francia, Canadá y naciones del Caribe y encabezada por EEUU. De hecho, el presidente norteamericano, George W. Bush, ordenó el envío de cientos de infantes de marina para «ayudar a establecer el orden y la estabilidad en Haití». Sin embargo, hasta última hora, Washington esperaba una autorización de la nueva administración y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidad para que las tropas no tuvieran un carácter invasivo.

«Llamo a la gente de Haití a rechazar la violencia y entender este quiebre del pasado como una oportunidad para trabajar; EEUU está preparando ayuda», dijo Bush, horas después que la Casa Blanca mostrara su satisfacción ante la retirada de Aristide. Solicitud que ya el viernes había hecho Norteamérica, sumándose a Francia, que ante la creciente violencia pidió un nuevo Gobierno sin la presencia del hoy ex mandatario.

Tras el anuncio de la llegada de una fuerza internacional, el líder de la oposición Guy Philippe, aseguró que estaban dispuestos a recibir la ayuda, de hecho, reconoció que la necesitan. «Tendrán nuestra plena colaboración», aseguró para luego señalar que «no tenemos intención de seguir luchando».

«El único problema era con Aristide. No tenemos problemas con los partidarios de Aristide», dijo Philippe, que durante las últimas semanas ha encabezado un avance de protestas de alta violencia, que frenó su desplazamientos en las puertas de la casa presidencial en Puerto Príncipe, capital de Haití.

Sin embargo, Philippe ha declarado que no tiene intenciones políticas y la oposición no ha logrado aglutinarse en una fuerza que pueda entregar una conducción gubernamental a Haití. De hecho, pese a que la oposición está aglutinada en el «Grupo de los 184», no hay un líder político claro. Sólo surge el nombre del principal vocero de la agrupación, André Apaid.

Hasta ahora Haití continúa en tensión. Mientras en algunas localidades la gente ha salido a la calle a celebrar, en Puerto Príncipe, simpatizantes del mandatario han manifestado su descontento. De hecho, informes desde la ciudad indican que ayer se hallaba muy cerca del caos total.

La salida de Aristide

Horas después de que Aristide dejara Haití, el primer ministro Yvon Neptune dio una conferencia de prensa donde leyó un comunicado en que señalaba que el ahora ex presidente dejaba su cargo para «evitar un derramamiento de sangre».

«Hoy, el presidente Jean Bertrand Aristide aceptó volver a hacer un sacrificio», dijo Yvon Neptune y leyó el texto de Aristide: «La constitución no debe ser escrita con la sangre del pueblo haitiano … Si mi renuncia evita un derramamiento de sangre, acepto partir».

Hasta ahora no hay claridad de la dirección que emprendió Aristide, pero según informó el cónsul haitiano en República Dominicana, Edwin Paraison, viajó a Marruecos. Sin embargo, en horas de la tarde de ayer, el avión en que viajaba hizo una breve escala técnica en St. John, capital de Antigua y Barbuda, según informó el primer ministro Lester Bird.

Se estima que el avión en que viaja el ex presidente haitiano se dirige a la isla británica de Ascensión, en el océano Atlántico. Fuentes del gobierno de Guayana indicaron que, según sus informaciones, Aristide podría estar viajando a Sudáfrica vía Ascensión.

Reuniones e inmunidad

El abandono de Haití por parte de Aristide ocurre luego de que La Casa Blanca culpara directamente al mandatario de la crisis que atraviesa el país caribeño, que ha dejado más de 65 víctimas desde el 5 de febrero, día en que se agudizó el conflicto. Francia y Canadá también habían sugerido que el presidente examinara con cuidado su situación.

Se informó también que la noche del sábado Aristide mantuvo reuniones con diplomáticos estadounidenses y franceses, quienes le propusieron la salida del país para resolver la crisis. Versiones señalan que el presidente habría solicitado inmunidad ante eventuales juicios económicos y de derechos humanos que se podrían seguir en su contra.

El corresponsal de la BBC en la capital haitiana, Stephen Gibbs, dice que un jet blanco, sin nada que lo identificara, salió del aeropuerto de Puerto Príncipe. Se piensa que el presidente estaba a bordo, junto con el jefe de seguridad del palacio presidencial. También se especula que los detalles de su partida fueron organizados por la Casa Blanca.

Leslie Volaire, ministro del gabinete y uno de los más cercanos asesores del presidente Aristide confirmó la información aportada por las cancillerías de EEUU y Francia.

Historia de un conflicto

Pese a que sólo en las últimas semanas la violencia se incrementó en Haití, el conflicto tiene su origen en el 2000 cuando la oposición acusó al gobierno de elecciones fraudulentas. Actualmente el facción opositora, creía que Aristide manipularía los comicios legislativos programados para 2004 y que buscara ser elegido para un tercer período presidencial en 2005.

Tras, boicotear al Congreso, se negaron a participar en ninguna iniciativa gubernamental. Dede entonces comenzaron las protestas, rechazando el empeoramiento de la situación económica y la falta de diálogo político.

La oposición está conformado por una 184 facciones, de grupos de partidos políticos, sociedad civil, sindicatos y asociaciones patronales que están en contra de Aristide, aunque sin un líder claro. Pero el hombre de negocios André Apaid, quien fue encarcelado por dos semanas a finales de noviembre, ha surgido como uno de sus principales portavoces.

Por otro lado, están lo grupos armados, que incluyen al «Frente de Resistencia» -que antes apoyaba a Aristide bajo el nombre «Ejército Canibal»- y al «El Nuevo Ejército», encabezado por Guy Phillippe, que está emergiendo como el líder de la rebelión.

Antes de la crisis actual, Aristide, ex sacerdote católico, había logrado entregar una cierta estabilidad política a Haití, pero su programa de gobierno finalmente no logró repuntar ante una pobreza totalmente extendida por la nación. Él y sus simpatizantes alegan que la oposición lo bloqueaba desde Estados Unidos y que no contó con el apoyo de la comunidad internacional.

La historia de Haití está plagada de levantamientos populares, cuartelazos y saqueos. Fundada en 1804, tras lograr la independencia de Francia, se convirtió en la primera república negra del mundo. Durante casi 20 años sufrió la ocupación de los infantes de marina de Estados Unidos, quienes cedieron el relevo al dictador Francois Duvalier. El autoproclamado presidente vitalicio dejó el puesto a su hijo Jean-Claude Duvalier que continúo con la trayectoria paterna, marcada por la represión y el saqueo.

Este historial convirtió a Haití y a sus 8 millones de habitantes en el país más pobre del hemisferio.

La irrupción en la escena política de Jean- Bertrand Aristide, ex sacerdote salesiano y seguidor de la Teoría de la Liberación, esperanzó a las clases más humildes del país. Aristide y su partido Familia Lavalá, se comprometieron con la lucha contra al pobreza.

Llamado «el cura de los pobres» asumió su primer mandato presidencial en 1990. Meses después fue derrocado y se exilió en Washington. Cuatro años más tarde, los marines estadounidenses se encargaron de reinstalarlo en el poder.

Incapacitado legalmente para presentarse a una segunda presidencia consecutiva fue remplazado por Rene Preval. El 2000 ganó las elecciones que fueron objetadas por la oposición, la que denunció irregularidades en el conteo de los votos.

El 2001, la Organización de Estados Americanos (OEA) denunció complicidades gubernamentales en el supuesto golpe de ese año contra Aristide. Este fue el inicio del aislamiento y del congelamiento de la ayuda internacional para Haití.

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