Pese a no obtener la mayoría absoluta, el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, José Luis Rodríguez Zapatero, se convirtió en el nuevo jefe del gobierno español. Con el 99 por ciento de los sufragios escrutados, el PSOE obtuvo el 42,64 por ciento, mientras que el derrotado Partido Popular sólo alcanzó el 37,6.
Una categórica derrota sufrió ayer, en las Elecciones Generales de España, el Partido Popular ante su histórico adversario, el Partido Socialista Obrero Español. A pesar que este último no alcanzó la mayoría absoluta, el candidato del PP, Mariano Rajoy, no dilató el reconocimiento del triunfo y antes de que se terminara de escrutar el total de los sufragios, escoltado por el jefe del gobierno, José María Aznar, anunció que José Luis Rodríguez Zapatero se había convertido en el nuevo gobernante.
A pesar que al cierre de esta edición aún no se escrutaba el cien por ciento de los sufragios, con el 99 por ciento de los votos contabilizados el PP llegaba a un 37, 6 por ciento y el PSOE al 42,64. De este modo, el partido de Aznar redujo el número de diputados de 183 a 148 y el PSOE los aumentó de 125 a 164. En tanto, la participación ciudadana -respecto del año 2000- aumentó de un 68,71, a un 77, 44 por ciento.
Con este triunfo se cierra un capítulo de ocho años en que el Partido Popular, con Aznar a la cabeza, decidió los destinos de España. El año 1996 el PP logró una importante victoria sobre el PSOE, la que rompió con una sucesión de gobiernos socialistas que, desde 1982, no había dado espacios para alternancia. Ayer, el Partido Socialista recuperó la confianza del electorado, pero no se puede dormir en los laureles, porque no es del todo descartable que los españoles se hayan volcado hacia el PSOE para demostrar su repudio a la política internacional de Aznar que, estiman, les ha pasado la cuenta.
Rajoy señaló que se comunicó telefónicamente con Rodríguez Zapatero para felicitarlo por su victoria electoral y destacó que los resultados muestran que el candidato del PSOE "ha sabido hacerse de la confianza de la mayoría de los españoles y el PP así lo reconoce". Con todo, el candidato triunfador está obligado a realizar alianzas, debido a que no logró la mayoría absolta.
El derrotado candidato adelantó que la situación que afecta a España, aludiendo a los atentados del 11-M, obliga a los grandes partidos nacionales a hacer un ejercicio de responsabilidad, y aseguró que el PP hará lo que corresponda desde una oposición leal. Agregó que en adelante se deben tomar importantes decisiones para enfrentar el terrorismo.
Asimismo, recordó los avances que ha vivido España bajo el gobierno del Partido Popular, destacando que en dicho período el país ha gozado de estabilidad política y disminuido el desempleo. Rajoy, advirtió además que "salimos del gobierno con las manos limpias y dejando las cuentas claras y en orden". Añadió que la colectividad seguirá trabajando para recuperar, en el futuro, la confianza de los españoles.
Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero, inició su discurso solicitando un minuto de silencio por quienes sufrieron las trágicas consecuencias del atentado del 11-M. "En estos momentos, pienso en las vidas rotas por el terror, pienso en todos ellos", señaló.
Agregó que la votación demuestra que "ha hablado el pueblo español y ha dicho que quiere un gobierno de cambio". No obstante, reconoció que su contrincante, Mariano Rajoy, "ha sido un digno rival", expresando su "respeto y consideración" hacia el candidato vencido.
Con una actitud serena, pese a la alegría del éxito, el recién electo presidente instó a su seguidores a convertir el triunfo en "una victoria de todos" y se comprometió a trabajar para fortalecer el prestigio de las instituciones democráticas, pero también a combatir el terrorismo, sea cual sea su origen. Rodríguez Zapatero enfatizó que para lograr concretar sus metas buscará la unidad de todas las fuerzas políticas, para concentrar los esfuerzos conjuntos en esa lucha.
Asimismo, se comprometió a que "el gobierno del cambio actuará desde el diálogo, la responsabilidad y la transparencia. Será un gobierno que trabajará por la cohesión, la concordia y por la paz".
¿Qué produjo el cambio?
De un día para otros los pronósticos de las encuestas quedaron en nada. Si bien hasta antes de los atentados del 11-M los estudios de opinión indicaban que el Partido Popular era el más probable ganador de las Elecciones Generales, la masacre terrorista generó un rechazo casi unánime a la política exterior de Aznar.
El hecho de que el grupo terrorista islámico Al Qaeda pueda ser el autor de los atentados, generó en la comunidad española la certeza de que estaban sufriendo las consecuencias de la decisión del gobernante, de apoyar a los Estados Unidos.
Por otra parte, las manifestaciones convocadas o surgidas espontáneamente en las calles de España y la presión ciudadana ejercida para que el gobierno descubriera la verdad acerca de los atentados, habría hecho cambiar su voto a un gran número de electores, que antes lo tenía decidido. A ello se sumó la detención de tres marroquíes y dos indios, probablemente ligados a Al Qaeda, lo que de alguna manera reafirmó en los españoles la idea de que Aznar era indirectamente el responsable de la tragedia que enluta a esa nación.
De allí que el Partido Socialista Obrero Español no cuenta con un apoyo incondicional de parte de los electores, sino que deberá hacerse cargo del malestar de los votantes e intentar, en los hechos, convencerlos de que hicieron la elección correcta.
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