El primer ministro Jorge del Castillo señaló que acudir a la Organización de Estados Americanos (OEA) para solventar la crisis podría ser una solución, aunque dijo confiar más en los lazos históricos para lograr el entendimiento.
Perú tiene una «enorme preocupación» por las consecuencias de la incursión colombiana en territorio de Ecuador del pasado fin de semana y desea que el «tema se vea con la mayor serenidad», según expresó el primer ministro del país andino, Jorge del Castillo.
En declaraciones a la emisora Radio Programas del Perú (RPP), Del Castillo se mostró confiado en que los «lazos históricos de estos tres países pesen más que cualquier diferencia circunstancial y que sin duda sabrán encontrar las salidas apropiadas».
Del Castillo señaló que el presidente Alan García ya conversó con sus pares ecuatoriano y colombiano y dijo esperar que ese diálogo contribuya a «serenar el ambiente y que este no sea propicio para que alguien atice las diferencias».
En este sentido, el primer ministro alabó la decisión de Colombia de no movilizar a su ejército hacia su frontera del sur ya que eso significaría «alimentar una escalada que no es conveniente para nada».
Para el secretario de Estado, que el ejército colombiano atacara una base de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador muestra que esa región fronteriza es «sensible» y que se requiere «la colaboración de los países para combatir» a esas personas «que no tienen reparo a los Derechos Humanos y se alían con el narcotráfico».
El primer ministro señaló que acudir a la Organización de Estados Americanos (OEA) para solventar la crisis podría ser una solución, aunque dijo confiar más en los lazos históricos para lograr el entendimiento.
Asimismo, el Presidente del Consejo de Ministros se refirió a la presencia en Perú de las Casas de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), vinculadas al movimiento bolivariano, que a su juicio solo quieren «desestabilizar la democracia».
Según Del Castillo, estas organizaciones quieren llevar a Perú a «un modelo ajeno» que solo cuenta entre algunos ciudadanos del país andino «algo de convicción política y bastante de aprovechamiento económico».
Sin embargo, el primer ministro indicó que su Gobierno no piensa llevar esta situación «a un nivel de confrontación entre naciones», pues se «puede manejar de otra manera», y destacó que en un contexto internacional como el actual «es lo menos aconsejable».
EFE