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Francia renueva sus alcaldes y mide apoyo al Gobierno de Nicolás Sarkozy

Los sondeos vaticinan que los socialistas conservarán París y Lille, tal como pasó con Lyon, segunda ciudad del país, en la primera vuelta.


Los franceses votan hoy en la segunda vuelta de las Municipales y Cantonales, que pese a su carácter local tendrán una lectura nacional, puesto que si se confirma la tendencia de la primera ronda, supondrán un castigo a la derecha gobernante.



La oposición de izquierda, liderada por el Partido Socialista (PS), aspira a imponerse en votos a la conservadora UMP y arrebatarle plazas tan importantes como Marsella (sureste), segunda ciudad del país, y Toulouse (suroeste), cuarta.



Derrotados en la primera ronda del pasado día 9 con el 45 por ciento de los votos, frente al 47% de la izquierda, los conservadores del presidente francés, Nicolas Sarkozy, sueñan con mantener estas dos ciudades para amortiguar el más que seguro revés que les auguran las encuestas.



Los sondeos vaticinan que los socialistas conservarán París y Lille, tal como pasó con Lyon, segunda ciudad del país, en la primera vuelta.



La participación es otra incógnita del escrutinio, después de que hace una semana sólo votara un 66,54%, el porcentaje más bajo desde 1959 para una primera vuelta de las Municipales.



Al mediodía de hoy, había votado el 23,68% del censo, similar al 23% a la misma hora hace una semana y superior al 20,21% de 2001, en la edición anterior de las Municipales, cuando la participación total fue del 69% de los electores.



Un tercio de los municipios



Está en juego hoy casi un tercio de los municipios (898) de más de 3.500 habitantes y un 11% de las de menos de ese listón, ya que el resto fue zanjado el pasado domingo.



En las Cantonales, en que quedan por elegir a 1.015 consejeros generales de departamentos, la participación al mediodía era del 22,09%, frente a un 22,25% hace una semana y un 17,62% en 2001.



La baja participación en la primera vuelta sólo fue del 56,06% en las ciudades de más de 100.000 habitantes, algunas de las cuales centran hoy todo el suspense, que empezará a despejarse tras el cierre de los últimos colegios electorales a las 19.00 GMT.



Buena parte de los focos mediáticos están sobre Marsella, donde los sondeos no son concluyentes en la pugna entre el saliente conservador Jean-Claude Gaudin, en el poder desde 1995, y el aspirante socialista Jean-Noí«l Guérini.



A sus 68 años, Gaudin ganó en la primera vuelta con el 41,03% de los votos, pero su rival, que obtuvo el 39,14%, se alió con los centristas del MoDem (5,54%) y espera el voto de las candidaturas de extrema izquierda (5%), lo que hace impredecible el resultado final.



Toulouse también podría caer en el saco socialista por primera vez desde 1971, después de que su candidato, Pierre Cohen, le pisara los talones hace una semana al primer edil, Jean-Luc Moudenc.



Más fácil parece el reto del socialista Roland Ries en Estrasburgo, de reconquistar esa ciudad perdida en 2001, dentro de la cuarentena de municipios de más de 20.000 habitantes que la derecha arrebató entonces a la izquierda.



La tercera fuerza política del país, el MoDem del centrista Franí§ois Bayrou, ha puesto sus bazas en manos de su líder, que aspira a convertirse en el alcalde de Pau (suroeste) en una ajustada votación que puede comprometer su prestigio en caso de derrota.



Bayrou, que quedó segundo en la primera ronda con un 32,61% de los votos, se mide a la socialista Martine Lignieres-Cassou, ganadora del primer envite (33,87%) y al alcalde saliente Yves Urieta (27,8%).



Si para Bayrou el escrutinio de hoy puede marcar su futuro político, el resto de los partidos también harán lecturas a escala nacional.



En caso de confirmarse lo que auguran los sondeos, los socialistas aprovecharán la victoria para agudizar su crítica al Gobierno, que cosecharía su primera derrota desde que hace diez meses Nicolas Sarkozy se impusiera en las Presidenciales.



El presidente, por su parte, ya ha adelantado que «tendrá en cuenta» el resultado de las Municipales. Según su entorno, procederá a mínimos ajustes en el Gobierno y en su equipo, pero a un marcado cambio de su propia imagen para hacerla más «presidencial».



En caída libre en los sondeos, Sarkozy puede adoptar un estilo menos mediático para recuperar crédito, después de que su figura haya estado casi ausente durante la campaña.



EFE


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