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Los consortes de los líderes descubren el exotismo nipón en cumbre paralela

El club de los consortes en Hokkaido no ha contado con la invitada más esperada, Carla Bruni, esposa del presidente francés, Nicolás Sarkozy, y ha estado integrado exclusivamente por mujeres, ya que el marido de la canciller alemana, Ángela Merkel, declinó la invitación de acudir a Japón.


Mientras los líderes políticos del G8 debatían los problemas del mundo en Hokkaido (Japón), su consortes han disfrutado de una cumbre paralela que les ha permitido conocer algunos de los secretos del exotismo nipón.



De haber asistido el marido de la canciller alemana, el catedrático de Química Joachim Sauer, podría haber apreciado algunas de las últimas aplicaciones japonesas en su disciplina en compañía de Laura Bush, Sarah Brown, Margarida Sousa Uva o Laureen Harper, esposas de los mandatarios de EEUU, el Reino Unido, del representante de la Unión Europea y el líder de Canadá, respectivamente.



Todas ellas admiraron estos días una exposición de tecnología japonesa aplicada al medio ambiente que incluía avances en el campo de la química en el Centro de Prensa de Rusutsu.



La anfitriona y esposa del mandatario nipón, Kiyoko Fukuda, casi siempre vestida con kimono, ha sido la guía del grupo, entre cuyas actividades se incluyó hoy la de plantar un pino en los alrededores del lago Toya.



También realizaron una visita a una muestra de objetos creados por los Ainu, una etnia que vive mayoritariamente en la isla de Hokkaido que todavía mantiene un idioma propio y costumbres milenarias.



Las esposas se dejaron fotografiar por el grupo de fotógrafos que las sigue vestidas con las casacas típicas de los Ainu, que dibujan grecas geométricas.



Combinados con actividades de corte lúdico-cultural, las consortes han participado en otros eventos paralelos al G8 como la cumbre de jóvenes.



Y, durante los tres días que ha durado la reunión, también han ido de compras a un mercadillo de hortalizas producidas en Hokkaido e incluso conocieron al famoso robot Asimo, diseñado por la multinacional japonesa Honda.



Con una agenda más ligera que la de sus maridos, ellas pudieron dedicarse incluso a disfrutar de los múltiples servicios que ofrece el lujoso hotel del lago Toya en el que se celebra la reunión del G8.



EFE

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