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FARC aseguran que rescate de Ingrid Betancourt fue una fuga y traición

En la »operación Jaque», como aseguran los altos mandos del Ejército y el Ministerio de Defensa colombiano, los servicios de inteligencia lograron infiltrar a la guerrilla, engañar a los captores y liberar a los cautivos sin un solo disparo y sin derramar una gota de sangre. Pero los rebeldes acusan ahora al comandante ‘César’, y a su segundo hombre, ‘Enrique Gafas’, de »traicionar su compromiso revolucionario».


Las FARC consideraron que la «operación Jaque», en la que el Ejército colombiano rescató a 15 rehenes de la guerrilla, no fue una liberación sino una «fuga», atribuida a la traición de dos rebeldes «carceleros» de los secuestrados.



En un comunicado divulgado este hoy, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) acusan a Gerardo Antonio Aguilar, alias «César», y a Alexander Farfán Suárez («Enrique Gafas»), comandante y segundo del frente primero de ese grupo, de traicionar su «compromiso revolucionario».



Pese a ello, la organización insurgente sostiene que persistirá en la búsqueda de un acuerdo humanitario con el Gobierno colombiano en el primer mensaje en el que aluden a la operación militar del 2 de julio.



«Jaque» permitió la liberación de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, de tres estadounidenses y de once soldados y policías, a quienes la guerrilla considera «prisioneros de guerra».



«César» y «Gafas» fueron víctimas de la inteligencia del Ejército colombiano que, según fuentes oficiales, logró infiltrar a las FARC y engañar a esos «carceleros» para proceder a la liberación.



El escrito de cinco puntos, fechado el 5 de julio, firmado por el «secretariado del estado mayor central» y divulgado en la página de internet de la Agencia Bolivariana de Noticias (ABP), calificó de «despreciable» la conducta de los dos insurgentes.



«La fuga de los 15 prisioneros de guerra, el pasado miércoles 2 de julio, fue consecuencia directa de la despreciable conducta de ‘César’ y ‘Enrique’, que traicionaron su compromiso revolucionario y la confianza que en ellos se depositó», señaló el grupo guerrillero.



Sin embargo, «independiente de un episodio como el sucedido, inherente a cualquier confrontación política y militar donde se presentan victorias y reveses», las FARC anuncian que mantienen «vigente» su «política por concretar acuerdos humanitarios que logren el intercambio, y, además, protejan la población civil de los efectos del conflicto».



Pero advierten que, «de persistir en el rescate (militar) como única vía, el Gobierno debe asumir todas las consecuencias de su temeraria y aventurera decisión».



«La lucha por liberar a los nuestros y demás combatientes políticos presos siempre estará al orden del día en el conjunto de las unidades», reitera el mando rebelde, tras destacar que a todos ellos lo llevan «en la mente y en el corazón».



En su opinión, «la paz que requiere Colombia debe ser resultado de acuerdos que beneficien a las mayorías» y «no va a ser la paz de los sepulcros sostenida sobre la corrupción, el terror del Estado, la felonía y la traición».



Llama la atención que en el comunicado de hoy los jefes de las FARC no exigen la declaración de zona neutral de las localidades de Florida y Pradera, en el suroccidental departamento del Valle del Cauca, como sede para una cita de sus emisarios y del Gobierno, con presencia internacional, para definir un acuerdo humanitario.



Las FARC buscan la excarcelación de unos 500 de sus guerrilleros presos a cambio de la liberación de un grupo de 25 políticos, soldados y policías que mantiene en su poder.



Las autoridades de Estados Unidos ya pidieron a Colombia la extradición de «César» y de «Enrique Gafas», por «delitos federales relacionados con terrorismo y toma de rehenes».



En la «operación Jaque», los servicios de inteligencia del Ejército, como han revelado altos mandos y el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, lograron infiltrar a las FARC, engañar a los captores y liberar a los rehenes sin un solo disparo y sin derramar una gota de sangre.



Además de Betancourt, que también tiene nacionalidad francesa y secuestrada el 23 de febrero de 2002, fueron rescatados los estadounidenses Thomas Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves.



Estos tres contratistas del Pentágono fueron tomados cautivos por esa guerrilla, que los acusó de ser espías de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU., el 13 de marzo de 2003, luego de que se accidentara la avioneta en la que investigaban cultivos ilegales en selvas del sureño departamento de Caquetá.



EFE

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