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Al 40% de menores mexicanos con VIH no se les ha detectado el virus

Carmen Gorbea, que integra el comité organizador de la XVII Conferencia Internacional sobre Sida (AIDS 2008), que se llevará a cabo en la capital mexicana entre el 3 al 8 de agosto próximos, citó datos del Centro Nacional para la Detección y Control del VIH/SIDA (Censida).


El 40% de los casos de SIDA en niños y adolescentes mexicanos no se detecta por falta de concienciación de los pediatras frente a una epidemia, que afecta a 5.000 niños menores de quince años en el país.



Lamentablemente se ha incrementado el número de infectados» en México por el virus en este grupo de edad en los últimos años. «Hemos estado observando que debutan con VIH cada individuos cada vez más jóvenes», dijo Carmen Gorbea, directora de un equipo científico galardonado con el Premio Nacional de Investigación Pediátrica 2007, en una entrevista con Efe.



Gorbea, que integra el comité organizador de la XVII Conferencia Internacional sobre Sida (AIDS 2008), que se llevará a cabo en la capital mexicana entre el 3 al 8 de agosto próximos, citó datos del Centro Nacional para la Detección y Control del VIH/SIDA (Censida).



«Antes, el diagnóstico (de VIH/SIDA) se hacía entre los 25 y los 27 años de edad pero, en la actualidad, se hace entre los 19 y los 22», resaltó.



Brasil y México son los países con más infectados por el VIH de Latinoamérica, de acuerdo con el último informe anual sobre la epidemia a nivel mundial, publicado por la ONU el miércoles pasado, que contabilizó 730.000 brasileños (el 40 por ciento del total) y 200.000 mexicanos.



En opinión de Gorbea, el factor fundamental de este adelanto en la edad es la transmisión de la enfermedad entre adolescentes porque, en los niños, la única forma de transmisión es de madre a hijo, durante el embarazo o la lactancia.



«En nuestra sociedad se está dando un fenómeno en el que una adolescente tiene actividad sexual con hombres en la tercera o cuarta década de la vida», en muchos casos, debido a que se prostituye por necesidades económicas, explicó.



El tratamiento de estas niñas es difícil porque «los programas de salud para la mujer mexicana no están diseñados para quien no tiene acceso a la seguridad social» y esto dificulta su acceso a la prevención y a los tratamientos.



Una de las claves para frenar la expansión de la epidemia es, a juicio de la médica, «que la sociedad, como un todo, permita el acceso a la salud a todas las mujeres» y no sólo a que tienen seguridad social.



La prueba para detectar el VIH en niños y adolescentes se realiza en sangre, a diferencia de los adultos, que se hace, por lo general, mediante la detección de anticuerpos en la saliva.



La detección temprana del virus es de gran importancia para poder aplicar tratamientos en los niños.



Cuando comenzó la epidemia, hace unos 30 años, la esperanza de vida de los nacidos con VIH era de 5 años, mientras que en la actualidad se ha comprobado que pueden vivir al menos hasta los 18 «en excelentes condiciones», según Gorbea.





EFE

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