La sentencia por el llamado «caso de Florian» -por el nombre del pequeño- se produce un mes después de que se resolviera judicialmente la muerte de otra criatura, por desnutrición, que conmocionó a la opinión pública alemana el año pasado.
La Audiencia Provincial de Fráncfort del Oder (este de Alemania) condenó este viernes a penas de siete y diez años de cárcel a la pareja que en febrero dejó morir de hambre a su bebé de seis meses.
El tribunal consideró probado el delito de homicidio por negligencia de los progenitores de Florian y determinó siete años de cárcel para la madre, de 20 años, y diez para el padre, de 21.
Ambos fueron detenidos en febrero, después de que la autopsia practicada al cadáver del niño revelara que murió por desnutrición.
El padre había llamado a un médico de urgencias la noche anterior al advertir un empeoramiento en la salud del pequeño.
El fiscal Christoph Schüler acusó a la pareja de no haber proporcionado comida y bebida al recién nacido durante meses por «vagancia» y reprochó su actitud especialmente a la madre que, según dijo, estaba en casa «todo el día» y no reaccionaba ante los «gritos» del niño.
La defensa argumentó, sin embargo, que a causa de las depresiones que sufre habitualmente, la madre tiene atenuada su responsabilidad jurídica y pidió que se la juzgara en régimen de menores y que se le impusiera una pena máxima de cinco años.
La sentencia por el llamado «caso de Florian» -por el nombre del bebé- se produce un mes después de que se resolviera judicialmente la muerte de otra criatura, por desnutrición, que conmocionó a la opinión pública alemana el año pasado.
El caso de Lea-Sophie, de cinco años, salió a la luz en noviembre después de que la niña llegara a un centro hospitalario de Schwerin (noreste de Alemania) con evidentes signos de desnutrición y deshidratación, úlceras en los glúteos y sólo 7,4 kilogramos de peso, la mitad de lo normal para su edad.
La Audiencia Provincial de la localidad condenó a los padres a sendas penas de once años y nueve meses de cárcel.
La niña pasó meses sin recibir la alimentación necesaria para su subsistencia y sin salir al aire libre y llegó a la clínica con restos de excrementos secos adheridos a su piel.
El caso desató la alarma social y consternó a la opinión pública, entre otros motivos, porque había pasado inadvertido ante vecinos y familiares.
EFE