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Peor accidente aéreo de España en 25 años deja 153 muertos

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El avión siniestrado es un MD-82 de la compañía doméstica Spanair, en el que viajaban 173 pasajeros y siete tripulantes con destino a Las Palmas de Gran Canaria. La aeronave se estrelló sobre una de las pistas pocos instantes después de despegar, partiéndose y estallando en llamas. Un episodio de esta magnitud no se registraba en la terminal aérea de Madrid desde 1983, cuando un vuelo de Avianca cayó antes de aterrizar y, meses después, dos aeronaves colisionaron en la pista. Ambos sucesos dejar



Un total de 153 personas murieron y otras 19 resultaron heridas este miércoles en el aeropuerto de Madrid-Barajas al estrellarse un avión de la compañía Spanair segundos después de despegar, en el peor accidente aéreo ocurrido en España desde 1985.



El siniestro ocurrió cuando el avión de Spanair, con código compartido con la alemana Lufthansa y con destino a Las Palmas de Gran Canaria (archipiélago atlántico español), impactó contra el suelo junto a una de las pistas, se partió y se incendió.



Miembros de los equipos médicos y de rescate citados por diversas fuentes afirmaron que entre los restos de la aeronave, que quedó prácticamente destruida, había numerosos cuerpos carbonizados.



A bordo viajaban 173 personas, 166 pasajeros y siete tripulantes. La ministra española de Fomento, Magdalena Álvarez, reconoció la posibilidad que la cifra se muertos se incrementara a 140, considerando que sólo hay contabilizados 26 heridos.



Las cajas negras del avión fueron recuperadas y serán el principal elemento de investigación del siniestro, sobre cuyas causas por el momento no se han facilitado datos concretos.



Un juez de Madrid se hizo cargo de manera inmediata de la investigación del accidente y ordenó un informe sobre el contenido de las cajas negras, que registran la actividad de los instrumentos y las conversaciones en la cabina y con los controladores aéreos.

Fuentes jurídicas informaron que el magistrado se trasladó al aeropuerto, al frente de una comisión judicial, para proceder al levantamiento de los cadáveres.



Los cuerpos de por lo menos 100 fallecidos ya fueron trasladados a un recinto próximo al aeropuerto, donde la policía científica y los forenses procedieron a las primeras labores de identificación.



Para ello se habilitó un equipo de una veintena de forenses y una sala refrigerada para la conservación de los cuerpos, en el mismo lugar donde se instaló la morgue para las 191 víctimas mortales de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid.



El avión siniestrado, una aeronave modelo MD-82 salió con una hora de retraso del aeropuerto madrileño, según fuentes aeroportuarias, que no precisaron las causas de la demora.



El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y varios ministros interrumpieron sus vacaciones y viajaron a Madrid para seguir de cerca los detalles en torno al accidente.



Las autoridades del aeropuerto de Barajas, uno de los más importantes de Europa por ser punto de conexión entre el viejo continente y América Latina, declaró la situación de emergencia, que es el grado máximo de alerta, y reunió el «gabinete de crisis».



Allí se vivieron escenas de dolor entre los familiares y amigos de los pasajeros que viajaban en el avión siniestrado.



Cruz Roja Española desplazó sendos equipos psicosociales al aeropuerto madrileño y a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria para atender a los afectados y a sus familiares.



Como es habitual en este tipo de siniestros, las autoridades se mostraron cautas y dieron información con cuentagotas, lo que incrementó el sentimiento de ansiedad.



El padre de la pasajera Leticia Morillo contó que no sabía nada de su hija, que habló con ella antes de que saliera el vuelo hacia Gran Canaria, pero que ahora su celular «no está operativo».



Otro familiar de un pasajero del vuelo explicó que en el avión de Spanair viajaba un nieto suyo pequeño y, aunque pensaba que «el niño está bien», reconoció no tener noticias claras sobre lo sucedido.



Otros familiares de pasajeros optaron por viajar hasta Madrid a media tarde en otro avión fletado por la compañía Spanair.



La ciudad de Madrid y el Gobierno de la región en la que está la capital de España decretaron tres días de luto oficial a partir del jueves, en señal de duelo por las víctimas del accidente aéreo.



Otros accidentes



Los dos últimos accidentes con víctimas en el aeropuerto de Barajas tuvieron lugar en 1983.



El 27 de noviembre de ese año perdieron la vida 181 personas y otras 11 la salvaron al estrellarse en Mejorada del Campo, muy cerca de Barajas, un Boeing 747 de la compañía colombiana Avianca. El avión se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Madrid-Barajas.



Días más tarde, el 7 de diciembre, fallecieron otras 93 personas y 31 resultan heridos, al colisionar en la pista de despegue del aeropuerto de Barajas un Boeing 727 de Iberia y un DC-9 de Aviaco.



El aparato de Aviaco se equivocó de pista, a causa de la niebla, y se introdujo en la de despegue, por la que rodaba el avión de Iberia.



EFE

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