El Klemlin se opuso a un nuevo proyecto de resolución presentado por Francia ante el Consejo de Seguridad de la ONU. La iniciativa exige la retirada inmediata de las tropas rusas y reafirma la integridad territorial del país del Cáucaso. En tanto el embajador ruso ante la OTAN, Dimitri Rogozin, acusó a Estados Unidos y a la alianza de mantener una posición hipócrita sobre el tema.
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El embajador de Rusia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Vitaly Churkin, rechazó un borrador de una resolución sobre Georgia presentado por Francia ante el Consejo de Seguridad.
Churkin dijo que el borrador contradice los términos del cese el fuego negociado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, la semana pasada.
El documento propuesto por Francia reafirma la integridad territorial de Georgia y le exige a Rusia la retirada de sus tropas a las posiciones que tenían antes de la actual crisis.
Sin embargo, Rusia señala que, según los términos del cese el fuego, puede retirar sus tropas a una zona de seguridad dentro de la parte georgiana de la frontera de Osetia del Sur.
Horas antes, Rusia había rechazado una advertencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de que es imposible mantener relaciones normales mientras que sus tropas permanezcan en Georgia.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, dijo que la OTAN es «parcial» y está tratando de salvar al «régimen criminal» de Tiflis.
Por su parte, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, dijo que no se le permitirá a Rusia que intervenga en el proceso de adhesión de algunos países europeos a la OTAN.
Reunión de emergencia
Este martes, en una reunión de emergencia, los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros de la OTAN pidieron la retirada inmediata de las tropas rusas que se encuentran en Georgia.
«Las relaciones (con Rusia) no pueden seguir como hasta ahora», señalaron en una declaración tras el encuentro, que se llevó a cabo en Bruselas, Bélgica.
Según el documento, la solución del conflicto debe tener como base el «respeto absoluto a la independencia, soberanía e integridad territorial» de Georgia.
Mientras tanto, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) señaló que Rusia aceptó la presencia de 20 observadores militares en Georgia y está a la espera de que Tiflis dé luz verde.
Previamente -en un aparente gesto de buena voluntad- tropas rusas y georgianas intercambiaron prisioneros en un puesto de control situado cerca de la capital georgiana.
También se informó que una columna de tanques se estaba retirando de la ciudad de Gori.
Sin embargo, las fuerzas rusas siguen manteniendo el control de otras partes de Georgia.
Antes del encuentro en Bruselas, el embajador ruso ante la OTAN, Dimitri Rogozin, acusó a Estados Unidos y a la alianza de mantener una posición hipócrita con respecto a la situación en Georgia.
En comentarios aparecidos en el diario International Herald Tribune, Rogozin defendió nuevamente la operación rusa señalando que se trataba de acciones en defensa propia y repitió la acusación de que las autoridades georgianas habían cometido una exterminación masiva de civiles.
Mientras tanto, en un artículo del Times de Londres, el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Miliband, reiteró las duras críticas británicas a Moscú, indicando que se trataba de una aplastante agresión y una descarada violación de la soberanía de Georgia y de consecutivas resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Al mismo tiempo, Miliband se mostró contrario de expulsar a Rusia del grupo G8 de los países más industrializados del planeta.
Un especialista en temas internacionales de la BBC, Nick Childs, apuntó que para la OTAN tratar de asumir una posición lo más dura posible ha sido todo un reto diplomático, tomando en consideración que Moscú tiene más cartas sobre el terreno y que hay diferencias dentro de la propia alianza con respecto al manejo de la situación.
Intercambio de prisioneros
El intercambio de prisioneros incluyó a 15 soldados georgianos y cinco rusos, y se produjo en un puesto control ruso situado a 30 kilómetros de Tiflis, la capital georgiana.
Desde allí una corresponsal de la BBC, Helen Fawkes, informó que vio a dos soldados rusos que fueron traídos en ambulancia y posteriormente trasladados en helicópteros.
Funcionarios georgianos le dijeron a la BBC que ambos eran pilotos rusos que fueron derribados.
Nuestra corresponsal apuntó que, a pocos metros del lugar del intercambio, se produjo una ruidosa protesta en la que participaron cientos de georgianos que exigían la salida de las tropas rusas.
El cese el fuego
El conflicto estalló el 7 de agosto cuando Georgia lanzó una ofensiva dentro de la región separatista de Osetia del Sur, protegida por Moscú.
Poco después las fuerzas rusas lanzaron una contraofensiva que fue más allá de Osetia del Sur y penetró el corazón del territorio georgiano.
Un alto al fuego fue firmado el pasado fin de semana tras lo cual Rusia aseguró que retiraría sus fuerzas.
Sin embargo, corresponsales en la región afirman que hay pocas señales de que un retiro a gran escala se esté produciendo.
Además, funcionarios del gobierno de Tiflis señalan que no hay evidencia de que las tropas rusas se estén retirando de Georgia, aunque el ministro de Defensa ruso aseveró que la retirada comenzó y que sería completada en los próximos días.
