Los dirigentes cívicos de la zona del Chaco boliviano (sureste) tienen previsto bloquear desde el lunes las rutas internacionales hacia Paraguay y Argentina.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció este sábado que ha dado instrucciones a las Fuerzas Armadas para «dar seguridad y defender al pueblo», ante las protestas de sus opositores autonomistas y el temor a que tomen campos petroleros y de gases.
«El Gobierno boliviano tiene la obligación de dar seguridad. He conversado con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, general Trigo, y tiene instrucciones precisas de dar seguridad y defender al pueblo», afirmó Morales en un acto con movimientos sociales en Cochabamba (centro).
Destacó que «cortar los gasoductos es prácticamente atentar contra la economía del país, no es perjudicar a Evo ni al Gobierno, sino al pueblo boliviano».
Tras el referendo sobre mandatos del 10 de agosto y el fracaso de un primer intento de diálogo con Morales, sus opositores autonomistas han organizado una serie de protestas para reclamar la devolución de un ingreso petrolero que el Gobierno recortó a las regiones este año para pagar una ayuda directa a los ancianos.
Los autonomistas de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, con el apoyo de los de Chuquisaca, han organizado en las últimas semanas una huelga de hambre, un paro general, cortes de carreteras nacionales y la suspensión del suministro de carne de vacuno hacia las regiones andinas.
Además, los dirigentes cívicos de la zona del Chaco boliviano (sureste) tienen previsto bloquear desde el lunes las rutas internacionales hacia Paraguay y Argentina.
También contemplan otras medidas como la ocupación de campos petroleros o el cierre de válvulas de los gasoductos de exportación, dijo ayer a Efe el presidente del Comité Cívico de Tarija, Reynaldo Bayard, si bien los opositores no han concretado más detalles al respecto.
Según publicó este sábado el diario paceño La Prensa, el Gobierno ha fortalecido la vigilancia militar en los pozos petroleros de la zona del Chaco.
Morales también anunció en Cochabamba que el Ejecutivo estudia la aprobación de un decreto supremo contra los prefectos regionales (gobernadores) que causen perjuicios a la economía de Bolivia.
El objetivo de esta norma, precisó el presidente, es que «si algún prefecto empieza a perjudicar a la economía nacional, todo el perjuicio esté a cargo del prefecto de ese departamento».
Además, convocó a los distintos sectores sociales del país a «controlar» las actuaciones «tan agresivas» de la oposición autonomista que, a su juicio, «ya no son sólo reivindicaciones, sino acciones netamente políticas que va tomando la derecha».
El mandatario lamentó no tener «una verdadera oposición» en Bolivia, sino «gente enemiga del país», y convocó a los sectores sociales a «identificar a esos enemigos y derrotarlos».
«Yo necesito una oposición» con un «debate programático, ideológico, pero aquí solamente hay alguna gente que quiere detener Bolivia», concluyó.
Morales hizo estas declaraciones durante la reunión del llamado Consejo Nacional por el Cambio, que agrupa a las organizaciones sociales leales al Gobierno y definirá este fin de semana en Cochabamba cómo y cuándo se aprobará el proyecto de nueva Constitución.
EFE
