Los enfrentamientos se han registrado «en las últimas semanas» y «generaron una nueva grave situación humanitaria».
Más de 4.400 campesinos han abandonado sus predios o están confinados en zonas rurales del suroeste de Colombia por efecto de combates entre la Fuerza Pública y grupos armados ilegales, advirtieron este lunes responsables regionales del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Los enfrentamientos se han registrado «en las últimas semanas» y «generaron una nueva grave situación humanitaria» en varios parajes de los departamentos del Cauca y Nariño, precisó Serge Thierry, jefe de la Subdelegación del CICR en Cali, la capital de la región del Valle del Cauca.
«La situación del conflicto armado en estas zonas es muy preocupante tanto para los residentes, como para los desplazados», advirtió Thierry en un comunicado público.
El responsable regional del CICR agregó que «para muchos (campesinos) les queda abandonar sus hogares y perder su sustento económico».
El organismo humanitario destacó que, en la última semana, distribuyó sesenta toneladas de alimentos y elementos de aseo a más de 1.000 familias de desplazados y confinados.
Es una asistencia de emergencia para las más de 4.400 personas afectadas por el conflicto armado, indicó el CICR, que señaló que el problema humanitario se centra en las localidades de López de Micay, Barbacoas, Satinga y Policarpa, la primera en el Cauca y las otras en Nariño.
En las áreas de confrontación hay presencia de reductos de las guerrillas Ejército de Liberación Nacional (ELN) y Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo mismo que de nuevos grupos paramilitares, como la llamada Organización Nueva Generación (ONG).
EFE
