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Nicaragua apoya a Rusia

La nación centroamericana se convirtió esta semana en un inesperado protagonista del conflicto en el Cáucaso, cuando el presidente Daniel Ortega reconoció públicamente la independencia de Osetia del Sur y Abjasia.


BBCMundo.com

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Nicaragua se convirtió así en apenas el segundo país en otorgar reconocimiento internacional a estas regiones separatistas georgianas, después de que Rusia lo hiciera el pasado 25 de Agosto.



Consultado por las razones detrás de la decisión el Viceministro de Relaciones Exteriores, Manuel Coronel Kautz, le explicó a BBC Mundo que Nicaragua coincidía con Rusia en que la voluntad de las autoridades surosetas y abjasas reflejaba «una decisión soberana», que tenía que ser respetada.



«Desde nuestra perspectiva estas dos repúblicas fueron agredidas y nosotros estamos del lado de la justicia», dijo el coronel Kautz.



El canciller también recordó que «somos viejos amigos de Rusia, desde la época en que era la Unión Soviética» y advirtió que detrás de la aparente oposición internacional a la medida estaban los intereses de Estados Unidos.



«Es el imperio el que se quiere mostrar en esos lugares. Ponerle un cerco a Rusia. Desestabilizar a los países que no le son sumisos», declaró.



«Pero nosotros tomamos estas decisiones como un país soberano; no importa lo que sea la posición de otros», concluyó.



«Solidaridad obligada»



Sin embargo, para Javier Meléndez, director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), la decisión de Nicaragua sí está estrechamente vinculada al posicionamiento de otras naciones, y más específicamente de Venezuela.



«Es ‘solidaridad obligada’ dada la relación entre el gobierno de Hugo Chávez y Rusia», le dijo Meléndez a BBC Mundo. «Es una cadena: la amistad con Chávez, la compra de armas de Venezuela a los rusos, el apoyo de Nicaragua a Rusia», explicó.



Pero al mismo tiempo, para el director del IEEPP la posición de la administración Ortega también se explica por una profunda «añoranza ideológica» que impediría un análisis desapasionado de la decisión.



«Es la reacción típica del gobierno del presidente Ortega ante cualquier situación en la política internacional que huela a anti Estados Unidos», señaló.
Y para Meléndez, cuando se trata de antagonizar a los EE.UU., Ortega rara vez piensa en las posibles consecuencias:



«Apoya a las FARC, sin pensar en las consecuencias que eso puede tener en las relaciones con el resto del hemisferio; se alinea con Irán, sin pensar en como puede impactar la relación con nuestro principal socio comercial (los EE.UU.)».



Según el director del IEEPP, es poco probable que el involucramiento de Nicaragua en el conflicto del Cáucaso vaya a tener algún tipo de repercusión «porque somos irrelevantes para esa discusión».



«Ejemplar»



Pero representantes de Osetia del Sur y Abjasia ya expresaron su agradecimiento público al presidente nicaragüense, y señalaron que hay «indicios» de que otros países latinoamericanos, como Cuba, podrían seguir su ejemplo.



En declaraciones divulgadas por la agencia EFE, el titular de Exteriores en funciones de Osetia del Sur, Murat Dzhióyev, calificó la declaración de Ortega de «muy importante» e invitó a otros países a seguir su ejemplo.



Mientras, Serguéi Shamba, jefe de la diplomacia de Abjasia, informó que las autoridades abjasas ya estaban traduciendo al español un documento en el que solicitarán a Nicaragua el establecimiento de relaciones diplomáticas.



A nivel nacional, el anuncio del presidente Ortega no ha generado ninguna reacción entre los líderes de la oposición y tampoco fue destacado por los medios de comunicación nacionales.



Pero para Mauricio Díaz, diputado de la oposición en el Parlamento Centroamericano (Parlacen), la pregunta que el gobierno tendría que haberse hecho antes de tomar una decisión -y que aparentemente no se hizo- era: «¿Qué gana Nicaragua con esto?»



Decisión apresurada



«A mi juicio se trató de una decisión apresurada, porque en el fondo este conflicto es la manifestación de una nueva forma de lucha entre la antigua Unión Soviética versus los Estados Unidos y la misma Unión Europea», le dijo Díaz a BBC Mundo.



«Yo no veo ningún beneficio inmediato. Más bien nos estamos metiendo ‘entre las patas de los caballos’, sin ninguna razón para ello», señaló Díaz, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores nicaragüense bajo la administración del presidente Enrique Bolaños.



Para el diputado de Parlacen, el reconocimiento de la independencia de Abjasia y Osetia del Sur no es sino «un ejemplo más del afán de protagonismo internacional del presidente Ortega, que no ayuda a solucionar los problemas más urgentes de los nicaragüenses».



Esta ha sido una crítica constante de la oposición a la política exterior de la administración Ortega, y probablemente se repetirá en este caso.



Si es que el país se da por enterado de su actual rol protagónico en el conflicto del Cáucaso.

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