«Numerosos Estados totalitarios en el mundo esconden a sus víctimas del terrorismo para no tener que responder de ellas ante el mundo», observó la ex rehén de las FARC.
La ex rehén de las FARC Ingrid Betancourt reclamó este martes que Naciones Unidas proporcione un estatus internacional a las víctimas del terrorismo que les permita salir del anonimato y les ayude a reivindicar sus derechos.
La ex candidata presidencial colombiana hizo pública esa petición durante su intervención en la primera reunión mundial de víctimas del terrorismo convocada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
«El mayor peligro para las víctimas del terrorismo es que se las olvide», aseguró Betancourt.
Consideró que es un deber «indispensable» que se reconozca a las víctimas en la legislación internacional y abogó por la creación de un «estatus internacional» para ellas.
La medida permitiría identificar a través de Naciones Unidas quiénes son víctimas del terrorismo, cuáles son sus circunstancias y qué necesidades tienen, señaló.
«Numerosos Estados totalitarios en el mundo esconden a sus víctimas del terrorismo para no tener que responder de ellas ante el mundo», observó.
Esta centralización de datos permitiría «presionar significativamente» en favor de las víctimas para exponer «la realidad de su calvario» y evitar que caigan en la indiferencia y el olvido.
Al mismo tiempo facilitaría que cada víctima pudiera recibir el respaldo de individuos, organizaciones y administraciones interesadas en seguir su caso y respaldar a sus familiares.
«Pido para los que se han quedado atrás el mismo reconocimiento que se me dio a mí cuando estaba en la selva», apuntó la ex rehén, que estuvo acompañada en el acto por su hija Melanie Delloye Betancourt.
La ex candidata presidencial también quiso que se mandara un mensaje a todos los Gobiernos del mundo para que pongan «la vida humana por encima de cualquier otra consideración» y citó como ejemplo la decisión del presidente colombiano, Álvaro Uribe, de lanzar la operación de rescate que el pasado 2 de julio puso fin a sus más de seis años de cautiverio.
EFE
