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Japón pondrá fin a su polémica misión de cuatro años en Irak

A fin de año se retirarán las fuerzas aéreas y los aviones nipones que aún permanecen en dicho territorio.


Japón anunció este jueves el fin de su histórico despliegue militar en Irak, que comenzó bajo polémica en 2004 y que actualmente estaba reducido a una misión logística aérea de apoyo a las tropas internacionales lideradas por Estados Unidos.



El ministro de Defensa japonés, Yoshimasa Hayashi, dijo que se va a estudiar un plan para retirar a las fuerzas aéreas y los aviones nipones del área antes de final de año, cuando expira el mandato otorgado por la ONU al Ejército de EE.UU. para operar en Irak.



El anuncio se produce con un vacío de poder en Japón, antes de que el dimisionario Primer Ministro, Yasuo Fukuda, sea sustituido el día 24, y con una oposición en contra de las operaciones de las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército japonés) en el exterior.



La misión nipona en Irak fue polémica desde el comienzo en un país cuya Constitución pacifista impide la participación de sus tropas en conflictos armados, salvo en caso de defensa propia, y recientemente un juez de Nagoya la calificó de inconstitucional.



Las Fuerzas terrestres de Auto Defensa japonesas desembarcaron en marzo de 2004 en Irak por orden del entonces primer ministro, Junichiro Koizumi, para una misión humanitaria en Samawa (sur del país), donde llevaron a cabo labores de reconstrucción.



Sin bajas



Sin sufrir una sola baja, 5.500 militares participaron durante dos años y medio en esa misión, la mayor operación militar de Japón fuera de su territorio desde el fin de la II Guerra Mundial en 1945, que fue tremendamente impopular.



En julio de 2006, no obstante, las tropas de tierra fueron retiradas y el despliegue nipón se vio reducido al transporte aéreo de tropas multinacionales entre Kuwait e Irak con tres aviones C130 y 210 militares destinados en la base kuwaití.



«Hemos cumplido las metas», aseguró hoy a los periodistas el todavía ministro de Asuntos Exteriores, Masahiko Komura, mientras el titular de Defensa destacaba que «la situación de seguridad ha mejorado» en Irak.



Básicamente, el Gobierno japonés ha aprovechado que está de salida para no dejar al siguiente Ejecutivo la «patata caliente» de retirar las fuerzas o firmar con Bagdad un acuerdo para extender la presencia militar nipona aún en el caso de que expire el mandato de la ONU.



Eso sería muy complicado teniendo en cuenta el rechazo frontal del opositor Partido Democrático (PD) a las operaciones militares en Irak y también la posibilidad de que se convoquen elecciones anticipadas en noviembre.



Una ley especial autorizaba la misión nipona en Irak, cuya vigencia expiraba en julio de 2009.

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