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Lula lleva al Unasur un claro mensaje contra injerencia externa en Bolivia

Para Evo Morales, la cumbre de mañana supondrá un claro respaldo internacional a su Gobierno en medio de una de las peores crisis que enfrenta desde que llegó al poder en enero del 2006.


El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, acudirá mañana lunes a la cumbre de la Unasur que debatirá la aguda crisis boliviana, pero lo hará con un claro mensaje contra la posible injerencia de ese organismo en un conflicto interno.



A diferencia de otros mandatarios, Lula no pareció muy convencido de la necesidad de esa cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que tendrá lugar en Santiago.



Aunque Lula aclaró que haría «consultas» con otros jefes de Estado para saber «para qué» será la reunión y decidir luego si asistía, fuentes oficiales dijeron este domingo a Efe que el presidente brasileño tiene previsto viajar hacia la capital chilena mañana, desde Río de Janeiro.



El mensaje que llevará a la cumbre no ha cambiado y es el que adelantó el propio Lula el sábado a periodistas, señalaron las fuentes consultadas por Efe.



«Esa reunión sólo tiene sentido si hay un pedido de Bolivia y una propuesta, porque si las dos partes no están pidiendo que nos reunamos, si nosotros tomamos una decisión y luego ninguna de las partes la acata, la reunión será inútil», dijo Lula el sábado, al expresar sus dudas respecto a la cumbre.



El encuentro fue anunciado el viernes por la noche por el mandatario venezolano, Hugo Chávez, y ratificado el sábado por la jefa de Estado chilena, Michelle Bachelet, que ejerce la presidencia rotativa del bloque suramericano.



«Es importante tener claro que no tenemos derecho a tomar ninguna decisión sin la concordancia del Gobierno y de la oposición de Bolivia», pues «son ellos los que deben dar el paradigma de nuestra participación», afirmó Lula.



De otro modo, «será una injerencia en otro país y eso Brasil no lo hará bajo ninguna hipótesis», enfatizó.



La posición del mandatario brasileño es completamente opuesta a la que mantiene el venezolano Chávez, quien tras ofrecer «apoyo armado» al Gobierno que preside Evo Morales se enfrascó en polémicas con el general Luis Trigo, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia.



«Al presidente de Venezuela y a la comunidad internacional le decimos que las Fuerzas Armadas rechazan enfáticamente intromisiones externas de cualquier índole», declaró Trigo esta semana sobre ese «apoyo armado» ofrecido por el líder bolivariano.



Después Chávez replicó, admitió que su posición suponía una injerencia en asuntos internos pero aún así la ratificó y en un acto militar, con uniforme verde oliva y boina roja, insinuó que Trigo y los militares bolivianos no respaldan del todo a Morales.



«Qué bueno sería oírlo a usted decir algo de la injerencia grosera y terrible del imperio norteamericano en su país. ¡Qué bueno sería oírle decir algo, general Trigo!», exclamó Chávez, quien acusó al Ejército boliviano de estar «en huelga» ante los disturbios en ese país.



Chávez, en medio de la campaña para las elecciones regionales de noviembre próximo en su país, ha encuadrado lo que sucede en Bolivia en su embate ideológico contra Estados Unidos y expulsó al embajador norteamericano en Caracas después de que Morales hiciera lo propio.



Según diplomáticos brasileños consultados por Efe, esa intención de colocar al conflicto boliviano en un plano de «Guerra Fría» ha «molestado» a Lula, que ha condenado la violencia en el país vecino pero ha apelado al diálogo entre el Gobierno de Morales y la oposición.



En la misma línea de Lula se ha expresado la mayoría de los mandatarios de la región, como el colombiano Álvaro Uribe, quien ha dicho que la Unasur deberá enviar «un mensaje de prudencia» y «de apoyo a la institucionalidad democrática» en Bolivia.



Para Evo Morales, la cumbre de mañana supondrá un claro respaldo internacional a su Gobierno en medio de una de las peores crisis que enfrenta desde que llegó al poder en enero del 2006.



«No estamos solos, ni en Bolivia ni en el mundo», declaró el sábado el líder indígena, quien interpretó «la solidaridad» externa como una defensa de «la democracia y la unidad del pueblo boliviano».



La asistencia de Morales a la cumbre de la Unasur aún no está confirmada, pero representantes de la oposición boliviana sí han manifestado su intención de estar presentes y han pedido a Bachelet que acepte su participación, a fin de presentar su cara de la moneda ante los líderes suramericanos.



EFE

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