«Solicitaremos al Consejo de Seguridad que se reúna de nuevo para abordar la petición de un miembro de la ONU a la destrucción de otro miembro en una manera que no se puede permitir», sostuvo Condoleezza Rice.
La secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, anunció este viernes la intención de su país de proponer al Consejo de Seguridad de la ONU que condene las amenazas del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, contra Israel.
«EE.UU. solicitará al Consejo de Seguridad que se reúna de nuevo para abordar la petición de un miembro de la ONU a la destrucción de otro miembro en una manera que no se puede permitir», dijo Rice en una reunión del máximo órgano de la entidad sobre Oriente Medio.
La jefa de la diplomacia estadounidense dijo que no cree que la mayoría del pueblo iraní sostenga la afirmación de su presidente sobre que Israel «debe ser borrado del mapa».
«Esto es algo inaceptable», apuntó Rice. «Cuando este Consejo decide qué es lo que debe abordar como una amenaza a la seguridad y la paz internacional, para mí eso debe estar en lo más destacado de su agenda», apuntó.
La condena de Rice se suma a la ya expresada por el Gobierno de Israel después de la intervención del líder iraní el pasado martes ante la Asamblea General de la ONU.
Ahmadineyad dijo entonces que el «régimen sionista desciende al colapso y no tiene manera de salir de la porquería creada por sí mismo y sus partidarios».
Además, en una entrevista al diario estadounidense Los Angeles Times, comparó el futuro del Estado hebreo con el de «un avión que ha perdido uno de sus motores».
Estas declaraciones suscitaron el rechazo del presidente de Israel, Simón Peres, que ese mismo martes lamentó en un encuentro con la prensa en la ONU que se preste atención a «las declaraciones sensacionalistas y vacías» del mandatario iraní.
«En un mundo en el que se respeta la vida humana, este hombre debería estar aislado», señaló Peres.
Además, aseguró que Irán es un centro de promoción del terrorismo internacional a través de su patrocinio de las milicias de Hizbulá en el Líbano y de Hamás en Gaza.
EFE
