Haradhere es una de las zonas bajo control de la milicia islámica Al Shabab, opuesta al Gobierno de Transición Somalí que se mantiene en Mogadiscio gracias al apoyo de las fuerzas militares enviadas por la vecina Etiopía en diciembre de 2006.
Los piratas somalíes que capturaron el pasado jueves al carguero ucraniano «Faina», con 33 tanques y otros armamentos a bordo, confirmaron este domingo a Efe que el barco se encuentra rodeado por «buques de guerra extranjeros».
«Tres buques de guerra nos rodean y también hay helicópteros volando sobre nosotros para amedrentarnos y forzarnos a liberar el barco, pero ello no nos asusta», dijo por teléfono vía satélite desde el «Faina» uno de los piratas, que se identificó como Sugulle Ali.
France, que mantiene tropas en la vecina Yibuti, participa en una fuerza naval internacional junto con unidades de la Quinta Flota de EEUU que patrulla las aguas somalíes y el Golfo de Adén, y ya ha intervenido en dos ocasiones para liberar buques capturados por piratas.
Rusia, por su parte, está enviando al área a la fragata «Neustrashimy».
Según Ali, uno de los buques de guerra que rodean al «Faina», el destructor estadounidense «USS Howard», se ha comunicado con los piratas conminándoles a rendirse, pero éstos han rechazado la orden.
«Continúan ordenándonos que nos rindamos, pero les hemos respondido que ello nunca sucederá y también les advertimos de que no nos ataquen, porque nos defenderemos», dijo Ali.
El portavoz de los piratas aclaró que no se ha producido todavía ningún tiroteo pero que si ello ocurre «será el infierno para el barco (ucraniano) y su tripulación porque los utilizaremos como escudos».
Preguntado acerca de cómo se van a defender de un ataque del buque estadounidense y las unidades de otras armadas occidentales, poseedoras de los armamentos más avanzados del mundo, Ali dijo solamente «ellos tienen armas y nosotros también».
La página internet del «USS Howard» indica que la nave está equipada para operaciones de combate naval con misiles tierra-aire, misiles de crucero Tomahawk, cohetes antisubmarinos, torpedos y un cañón de cinco pulgadas de tiro rápido.
El «Faina», de bandera beliceña y que se dirigía al puerto keniano de Mombasa, tiene a bordo 33 tanques T-72, lanzagranadas y abundante munición destinados al ejército de Kenia.
El carguero se encuentra fondeado frente al pueblo de Jaban, entre Haradhere, 410 kilómetros al norte de Mogadiscio, y el puerto natural de Hobyo, otros 120 kilómetros más al norte.
Las poblaciones de la zona han comenzado a evacuar el área por temor de que en un eventual ataque de los buques de guerra occidentales algunos proyectiles caigan sobre sus casas, señalaron, por su parte, las autoridades locales.
Abdulsalam Khalif, comisionado del distrito de Haradhere, expresó su preocupación de que si los piratas llegan al pueblo para escapar de un ataque de los buques de guerra, éstos podrían bombardear la localidad.
Haradhere es una de las zonas bajo control de la milicia islámica Al Shabab, opuesta al Gobierno de Transición Somalí que se mantiene en Mogadiscio gracias al apoyo de las fuerzas militares enviadas por la vecina Etiopía en diciembre de 2006.
Usualmente, Al Shabab no apoya los actos de piratería, pero en esta ocasión ha manifestado simpatía por el grupo que capturó al «Faina» y el equipo militar pesado destinado a las fuerzas armadas de Kenia.
Hassan Abshir, uno de los líderes de Al Shabab, dijo desde Haradhere que su grupo daba «la bienvenida a los piratas si comparten las armas con nosotros» y afirmó que «está bien que hayan secuestrado el barco porque los kenianos son enemigos del Islám».
Los piratas advirtieron ayer de que el gobierno de Kenia debe contactarlos directamente para negociar el rescate del barco, que han fijado en 35 millones de dólares, pues si no lo hace desembarcarán las armas y las venderán a la Al Shabab y los clanes tribales que se oponen a las autoridades de Mogadiscio.
Si bien es improbable que los piratas puedan desembarcar alguno de los tanques T-72, sí podrían bajar a tierra los lanzagranadas y su munición, una de las armas preferidas de los milicianos de la Al Shabab, ala militar de la antigua Unión de Tribunales Islámicos de Somalia, acusada de mantener nexos con Al Qaeda.
EFE