En otras acciones ocurridas esta semana, la guerrilla atacó dos patrullas de la policía y mató a dos uniformados en el Cauca (suroeste), mientras que un niño de 12 años murió cuando llevaba un artefacto explosivo a un cuartel de policía en el departamento de Nariño, frontera con Ecuador.
La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó este sábado «enérgicamente» los atentados terroristas de las FARC en el suroeste del país, que dejaron 12 muertos, medio centenar de heridos y destrucción de comercios, viviendas y edificios.
Así lo expresó en un comunicado Christian Salazar, representante en Colombia del Alto Comisionado de la ONU, quien señaló que los actos atribuidos por las autoridades colombianas a las FARC «llevan a colegir que en dicha región del país se están llevando a cabo, de manera premeditada, acciones con impacto directo en la vida, integridad y bienes de la población civil».
Agregó que la Oficina de la ONU conoció testimonios «que dan fundamento a la preocupación de que nuevos ataques como los acontecidos esta semana se repitan y se extiendan a otras zonas de Colombia».
Salazar condenó los ataques «que han reclamado la vida de muchas personas inocentes» y pidió a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) «respetar el derecho internacional humanitario y desistir de acciones violentas contra la población civil»
Expresó, igualmente, la solidaridad con las víctimas que dejan los ataques ocurridos en los departamentos del Cauca y Nariño, este último fronterizo con Ecuador.
Las FARC, según el presidente colombiano, Álvaro Uribe, fueron las responsables de la explosión el pasado 24 de marzo de un coche bomba en el puerto de Buenaventura, que dejó 10 muertos y al menos medio centenar de heridos.
En otras acciones ocurridas esta semana, esa guerrilla atacó dos patrullas de la policía y mató a dos uniformados en el Cauca (suroeste), mientras que un niño de 12 años murió cuando llevaba un artefacto explosivo de las FARC a un cuartel de policía en el departamento de Nariño, frontera con Ecuador.
Las primeras investigaciones señalan que al parecer el menor fue engañado por las FARC para llevar un encargo a la estación de Policía en la tarde del jueves.
Sin embargo, fue detectado por uno de los uniformados y temeroso de la requisa corrió y el artefacto estalló en su cuerpo.
