Publicidad

Texas ejecuta a hispano que asesinó a inmigrante ilegal mexicano

Los abogados de Samuel Bustamante, quien fue declarado culpable de matar de varias puñaladas a un inmigrante indocumentado mexicano hace 12 años, habían pedido al Tribunal Supremo que suspendiera la ejecución o la conmutase por cadena perpetua por considerar que las calificaciones escolares demostraban que su cliente era un deficiente mental.


El estado de Texas ejecutó este martes al hispano Samuel Bustamante declarado culpable de asesinar a puñaladas a un inmigrante ilegal mexicano hace 12 años.

La muerte de Bustamante, de 40 años, fue constatada cinco minutos después de que se completara la combinación de sustancias letales inyectada por vía intravenosa, dijo una portavoz del penal de Huntsville.

El condenado no formuló ninguna declaración antes de ser postrado en la camilla para que se le administrara la inyección, agregó.

Para su última cena, Bustamante pidió patas y cuartos de pollo, macarrones y queso, pimientos jalapeños, tortillas y bebidas gaseosas, manifestó.

La ejecución de Bustamante se llevó a cabo después de que horas antes el Tribunal Supremo declinara aplazar el castigo y el gobernador del estado rehusara otorgar su clemencia.

El lunes un tribunal de apelaciones había rechazado un recurso en su favor y la Junta de Amnistía y Libertad bajo Palabra había declinado una solicitud de clemencia presentada por sus abogados.

El gobernador del estado, Rick Perry, tampoco intervino para otorgar su clemencia a Bustamante.

Los abogados del condenado habían pedido al Tribunal Supremo que suspendiera la ejecución o la conmutase por cadena perpetua por considerar que las calificaciones escolares demostraban que su cliente era un deficiente mental.

Tras ser arrestado, Bustamante confesó que en enero de 1998 él y tres amigos, identificados como Detrick Depriest y los hermanos Walter y Arthur Escamilla, recogieron al inmigrante ilegal mexicano Rafael Alvarado frente a un bar para llevarlo en una camioneta a su hogar en la localidad de Richmond.

Con la ayuda de sus cómplices Bustamante apuñaló varias veces a Alvarado, quien pese a las heridas logró huir del lugar. Su cuerpo fue hallado al día siguiente al fondo de un canal, según documentos judiciales.

Dos meses después, y en momentos en que Bustamante cumplía una pena de cárcel por otro crimen, la policía recibió información de que era el autor de la muerte de Alvarado.

«No necesito un juez ni tampoco necesito un jurado para que me digan que soy culpable», señaló Bustamente en su confesión grabada, informó la policía.

Depriest y los hermanos Escamilla fueron condenado a ocho años de cárcel por robo con agravantes en el caso del asesinato de Alvarado.

Bustamante y su hermano Bill también habían sido acusados de dar muerte a golpes y puñaladas a Lloyd Harold Turner, un hombre que vivía bajo el puente de una carretera cerca de la localidad de El Campo.

Bill Bustamente fue condenado a 40 años de cárcel tras confesar su participación en el asesinato de Turner.

Fuentes de la policía indicaron que Samuel Bustamante tenía otros antecedentes delictivos como asalto y posesión de armas prohibidas y que disfrutaba de libertad condicional.

Texas es el estado que aplica la pena de muerte con mayor rigor en todo el país y Bustamante fue el condenado número siete que recibe allí el castigo este año.

Desde que el Tribunal Supremo de EE.UU. restableció la pena de muerte en 1976 han sido ejecutados más de 1.200 reos, más de un tercio de ellos en Texas.

La próxima ejecución en Texas será la de Kevin Varga, condenado por el asesinato de un hombre a martillazos. Su cómplice, Billy Galloway, será ejecutado al día siguiente.

Publicidad

Tendencias